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¿Y si la Adopción No se Parece a Nakamoto?

viernes, 7 de junio de 2019



Estamos en curso del año diez del bloque génesis, realmente muy poco tiempo ha pasado para lo que muchos hemos ratificado, será una nueva disrupción tecnológica. También ha corrido profusa agua en las ruedas de esta evolución, casi exclusivamente torrentes de especulación financiera que han tomado por asalto lo que supuestamente seria el cielo. Como hemos escuchado algunas veces, en muchas ocasiones, más de las que nos gustaría ciertamente, no terminamos por saber para quien trabajamos. Y es que cuando quien origina la idea desaparece y nos deja al resto interpretar sus pensamientos, cada quien saca sus cuentas de acuerdo a sus intereses bastardos o no, ventajas y/o limitaciones propias. Al final podríamos estar muy cerca, en extremo cerca de una masiva adopción de las criptomonedas, aunque posiblemente, esta, por lo menos en principio, no se parece a Nakamoto.

En este desigual y feroz mundo, la aplicación inmediata, practica y directa de una idea es muchísimo más importante que su generación. La gente en una inmensa mayoría prioriza su supervivencia frente a todo lo demás.

Siéntese libre de mirar a su alrededor.

Todos reconocemos que cualquier moneda debe tener tres funciones fundamentales para considerarse como tal:

1.   Depósito de valor.
2.   Medio de intercambio.
3.   Unidad de cuenta.

Ejercitemos entonces como podrían ser algunas de las opciones que tendríamos sobre mesas de compraventas y marcos regulatorios que nos permitiesen movimientos y transacciones indistintas, libres y legales entre cryptos, fiat o algún nuevo medio.  

Ahora olvídate un rato de los demás, ¿supongamos que tu empleador te pagara basado en fiat, el equivalente en crypto a valor del mercado, que hoy vale 3 dólares, mañana 3,4, el lunes 2,2 y el jueves 2,65. Para hacerlo más directo, hoy compras 10 artículos, mañana 12, pero el lunes solo 6 y el jueves 8. Otra, colócate como si tú fueras el empresario, el vendedor, el fabricante, el productor o el proveedor, ¿cómo programas las compras y los pagos? Imagínate finalmente como seria este loco ciclo económico comercial de intensas y periódicas fluctuaciones.

Veamos unos números de estos últimos días:

CoinMarket Cap
29 de Mayo
30 de Mayo
1 de Junio
3 de Junio
4 de Junio
BTC
8700
8959
8546
8498
7955*
Pico alto
8744
8959
8603
8693
8013
Pico bajo
8494
8294
8499
7971
7897

Los datos del 4 de Junio corresponden a las 8:49am.

Algunos ya deben haber saltado de sus asientos para decirme que he colocado solo el caso del bitcoin, pero es que en general estas fluctuaciones se repiten con incluso más profundidad en la gran mayoría de las cryptos. Adicionalmente hay criptomonedas que con un solo movimiento de poquísimos tenedores, llamados ballenas por su inmenso poder, puedan literalmente levantar o hundir el precio en minutos. Que no lo hagan porque supuestamente están comprometidos con el desarrollo del ecosistema, en lo absoluto es no solo garantía de nada, sino que choca frontalmente con la intención básica de lo que ofrece el movimiento criptográfico.

Es cierto que existe la posibilidad de realizar  pagos con algún procesador o punto de venta, físico o de software, de criptomonedas. Ofrecen precisamente superar la volatilidad mediante diferentes procesos y métodos, algunos más o menos amigables, pero otros francamente creados para salir corriendo, en lugar de ayudar parecen haber sido diseñados para enredar mucho más que solucionar. Varios terminan depositándole al comerciante varios días después de ocurrida la transacción, otros usan una TMR (tasa representativa del mercado), que funciona bien ambientes normales, pero que en países de recurrentes y vertiginosas fluctuaciones monetarias quedan a capricho de quien la maneja. El tema de las comisiones también suma otro ingrediente distorsionador, ¿cuál sería el incentivo principal de usar cryptos, si con fiat tengo igual o menor comisión y no tengo que dar vueltas para liquidar mis activos? 
    
Estoy consciente de que estos POS, apenas están en plena etapa primaria y que varios han hecho un esfuerzo inmenso por desarrollar una solución que impulse a la masificación de las cryptos, sin embargo, la cuestión básica de la volatilidad no se resuelve con ellos realmente y dada esta situación, siempre van a depender de ciertos límites y techos monetarios para poder liquidar, más aun si los montos empiezan a incrementarse de manera exponencial, además que el tema de los procesos internos y las comisiones no son en lo absoluto cosas menos importantes a considerar. 
 
Ah, ¿pero sin en lugar de cancelar en efectivo o por algún método de pago digital, solventas con tarjeta de crédito, se modifica algo?, nada en realidad, lo que cambia es quien asume el costo de las fluctuaciones de las criptomonedas, ningún banco, sea tradicional o eventualmente criptográfico, puede arriesgarse a una pérdida masiva de sus activos por un bajón en los precios que afecte la cartera de créditos. La volatilidad no distingue medio de uso, indistintamente del método empleado hay pérdidas y ganancias como constante.  

Es innegable que para que un crypto activo se transforme en un medio factible de intercambio o unidad de cuenta, tiene la necesidad de gozar de estabilidad en su precio.

Puedes ser una espectacular alternativa para ser una rentable reserva de valor, también una opción llamativa para la especulación y el riesgo financiero, pero en extremo duro ser una moneda de uso habitual, común y corriente para el diario andar de la gran mayoría de las personas del mundo.

Pero, ¿y en el caso de Venezuela y Zimbabue en el extremo, o de Irán, Argentina y Sudan de hoy?, ¿la gente de esos países no serían beneficiados con cryptos indistintamente de la volatilidad? En principio si, sobre todo en los dos primeros casos donde literalmente la moneda nacional vale menos que cero y tanto el dólar, como el euro, así como en líneas generales prácticamente cualquier criptomoneda valdrá siempre más que el bolívar soberano para los venezolanos o en el caso de la economía zimbabuense, lo que tengan en circulación las autoridades de ese país. En el caso venezolano, si bien eso ha originado un intensivo uso, en una abrumadora mayoría de bitcoin como resguardo para un determinado sector de la población, para nada podemos hablar de adopción masiva, sobre eso ya hemos hablado en el pasado, pero si alguien tiene dudas de esta afirmación lo invito a revisar y profundizar el siguiente dato: En Venezuela ‘sobreviven’ un poco más de 180 mil comercios, sin contar los no afiliados a Fedecamaras y los informales, a nivel nacional, si aceptamos como reales las cifras de Ryan Taylor CEO de Dash, unos 2700 comercios aceptan esta criptomoneda en el país, sin entrar en el detalle de la certeza o no de esta cifra, puesta en duda incluso dentro de la misma organización, esto representaría solo el 1,5% del número básico de los comercios activos en Venezuela, eventualmente un estudio más detallado y sumando al resto de los actores comerciales bajaría aún más esta cifra de aceptación.
    
Ahora, más allá de que las criptomonedas puedan ser eventualmente, una tabla de salvación para estos países castigados por economías sumidas en los peores escenarios, pensar que eso origina per se una carrera de adopción generalizada, es desconocer la compleja realidad de esos países y generar falsa expectativas sobre supuestos para nada reales. Eso específicamente es otro tema que trataremos en otra oportunidad. 

O escalan, o los agarran las Stablecoin

Yo tengo un sueño…Ah caramba ya me iba a ir por otro lado, pero es que o ponen los pies sobre la tierra y los capitales cryptos se dedican en serio a inyectar estabilidad al mercado, o mañana tendremos millones de usuarios adoptando la GlobalCoin, la JPcoin, la IBeMcoin, la GUSD, las tres versiones de Tether (USDT) y la GoogleUsd entre otras. La mayoría estarán ancladas fundamentalmente al dólar estadounidense y a cestas de divisas fiat. Y aquí el tema no es si me gusta o no las Stablecoin, la realidad ciertamente siempre ha demostrado que por un lado confirma o niega una teoría, pero también se lleva por delante a los que no tuvieron la visión para entender lo que se necesitaba para avanzar.

Roto el impedimento de la volatilidad, un crypto estable tiene la batalla principal de la adopción ganada, debe ahora ser accesible para mantenerse dentro de un rango de valores estándar, tener cuantificaciones totalmente potables y sencillas de entender, además de manejar términos y procesos que faciliten su usabilidad para cualquier tipo de persona.

A los reguladores en general parece no molestarle las Stablecoin, la ven como una especie de extensión digital y mejor elaborada en cuanto a rapidez, costos y seguridad que las divisas fiat, este irremediablemente le abre puertas fundamentales en la carrera de la adopción general. Igualmente al sector privado institucional y a las empresas en general se les hace mucho más llamativa esta opción para iniciar su entrada, no solo a las criptomonedas, sino a todo el ecosistema Blockchain.

Podemos tener profundas y largas discusiones sobre si estas Stablecoin representan ciertamente el sentido real que se planteó originalmente Nakamoto en el año 2009 con el Bitcoin, ese ofrecimiento de que las criptomonedas deben de ser descentralizadas, inmutables, seguras, transparentes y sin autoridad que regule o determine las decisiones, pero eso no va a frenar que la gente común seguirá buscando aquello que le ofrezca un método de supervivencia real y asequible ahora.

Como se están dando las cosas, muy pronto veremos si las criptomonedas estables definitivamente se convierten en el puente principal de una global adopción. Y como esto no tiene nada que ver con gustos y colores particulares, seguro que una Stablecoin que tenga una base potencial de cerca de tres mil millones de usuarios, abrirá una ruta innegable de usabilidad y alcance inimaginable para cualquier proyecto actual de criptomoneda.

La adopción masiva puede que no se parezca a Nakamoto.

Imagen de Pixabay.

 
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