Empecemos por un
concepto fundamental y claro de lo que realmente es una criptomoneda. Les
confieso que me ha sorprendido como, incluso portales dedicados y nacidos bajo
esta evolución del dinero, despachan una definición tan burda, limitada y
evidentemente inexacta. Una criptomoneda no es simplemente “una moneda digital
o virtual diseñada para funcionar como medio de intercambio”, eso es falso. Sin la Blockchain o cadena de
bloques no existen las criptomonedas, eso es así de sencillo. Otra cosa es, por
ejemplo, el e-peso, moneda digital de Uruguay que ellos mismos la definen
claramente y dicen que “no es una nueva moneda, una criptomoneda ni un nuevo
medio de pago. Es una nueva forma de tener billetes para hacer las mismas cosas
que se hacen con el billete físico”.
Así que en definitiva y
en razón de la verdad, una criptomoneda es una “moneda digital, nacida de una
cadena de bloques que subyace en una red punto a punto o P2P, que funciona en
base una serie de nodos, donde mineros obtienen un código encriptado
tremendamente complejo que puedes depositar en tu monedero electrónico,
descentralizada, irreversible y única”. Fin del tema, las criptomonedas se
emiten dentro de la cadena de bloques, funcionan por medio y en ella, dado lo
novísimo de todo el ecosistema este continua avanzando y mejorando su
tecnología para acelerar, consolidar y hacer más seguro, fuerte y amigable su
manejo por parte del común de las personas.
El Petro no existe como
criptomoneda y hasta ahora ni siquiera como una moneda digital emitida por un
Banco Central como el caso de los uruguayos. En el mejor de los casos podríamos
hablar de la intención de un gobierno por emitir una criptomoneda con garantía
de un activo, sin embargo, ni siquiera ese es la situación de este esperpento
del régimen de Venezuela.
Gracias al internet,
las mentiras cada vez tienen más patas cortas, a pesar de que los charlatanes
tienen las piernas más largas, la idea del bendito Petro sucedió en la
transmisión de un insignificante evento en diciembre del 2017, donde a un
Presidente alrededor de máquinas para minar criptos, unos cuantos vivos le
vendieron la idea de crear una “criptomoneda nacional” para, según ellos,
romper el cerco económico del imperialismo. A partir de ese momento se inició
una serie de eventos que parecían, solo parecían, que ciertamente se emitiría
un Token, el PTR, para luego de cumplir con los pasos necesarios dentro de la
Blockchain se crearía la criptomoneda Petro. Lo que pasa es que un gobierno
nada democrático, oscuro y con serios vicios de legitimidad, no podía de
ninguna manera crear algo, que fuera criptográfico, consensuado, distribuido, e
inmutable, incluso si decidiera hacerlo como Ripple obligatoriamente tendría
que usar la Blockchain.
En la página web de El
Petro, todavía está la última modificación del White Paper del proyecto,
revísenlo y verán como de manera flagrante y reiterada se ha incumplido lo que
allí esta estampando. Esto es suficiente para catalogar a este o a cualquier otro
proyecto como Scam. Para los un poco descuidados, el libro blanco es la
expresión principal del ADN de lo que se está prometiendo que se va a hacer, su
definición, el porqué, el problema que se pretende resolver, las
características y montos de la emisión de los tokens, sus particularidades
técnicas, su mapa de ruta, es decir a dónde vas, cuales son los pasos y metas
que te propones cumplir, en fin el corazón del proyecto y el compromiso de los
promotores. Nada de eso se ha cumplido y mucho de lo allí escrito se asemeja
más a un declaración política que a un White Paper.
Por supuesto esta cosa
llamado Petro, no se cotiza en ningún lado, ninguna casa de cambio seria lo ha
tomado en cuenta, todos los reportes independientes y profesionales lo
catalogan de estafa, peor, el monto de lo supuestamente recaudado solo ellos lo
saben realmente, cuanto fue y donde está, de hecho el propio Presidente ya lo
repartió, para el que tenga duda googlealo y verán como distribuyo como si
fuera algo personal de su propia chequera. Es largo el camino de desatinos y
locuras que han anunciado desde ese diciembre, y ciertamente no tiene mayor
relevancia traerlos a colación, unos de los últimos anuncios del gobierno,
especifica que ¡“cada 6 meses se revisara la cotización del mismo”!, imagínense
al Bitcoin cotizándose cada vez que a alguien se le ocurra aumentar o disminuir
su valor.