En las primeras dos
entregas de nuestra propuesta para el establecimiento de un ecosistema cripto
en Venezuela, tocamos el contexto general y los alcances iniciales, revisamos
posibles casos de uso y consideramos un marco normativo para el desarrollo
integral de los criptoactivos en el país. Hoy conoceremos potenciales casos de
usos de la cadena de bloques y si realmente puede ayudar a reconstruir al país,
pero los veremos basados en la realidad venezolana, estableciendo claramente a
que nos enfrentamos y ayudándoles a visualizar porque decimos que estamos en
una tierra arrasada.
El profundo daño que le
han hecho quienes aún detentan el poder efectivo en Venezuela no puede ser
entendido en todo su tamaño solo con los números o estadísticas sociales,
técnicas y económicas. Los alcances subterráneos del desastre son tremendamente
estructurales, generalizados y extendidos, no ha quedado hueso sano en ningún
sector, grupo o estamento de la sociedad venezolana.
Quienes hemos podido
observar desde adentro el estado en que se encuentran instalaciones y
edificaciones de electricidad, muelles y puertos nacionales, infraestructura de
telecomunicaciones, líneas de transmisión eléctricas, servicios de agua publica
y otras más, confirmamos lo dramático del deterioro, ni las cifras ni las
imágenes pueden ilustrar adecuadamente la ruina.
Iniciar o pretender
construir alternativas para poder encauzar a Venezuela hacia un desarrollo
sustentable, integral y de intrínseco alcance general, requiere asimilar que
debe ser con pleno conocimiento de donde estamos parados, ampliamente consensuados,
de Estado y con innegable voluntad política. Estos pasos son imprescindibles.
Veamos
tres puntos principales:
Un
nuevo Gobierno: Quienes son los responsables directos
de la destrucción de un país, en lo absoluto se puede siquiera imaginar que con
ellos hay posibilidades de cambios. No es un tema ideológico, es una inequívoca
verdad. Manejaron los mayores recursos en toda nuestra historia, controlaron
todos los poderes del Estado, cambiaron todo lo que no les gusto, o les
molestaba o argumentaban que eran obstáculos para alcanzar sus propuestas de
gobierno, y aun así los resultados son desolación y catástrofe.
Entender
la gravedad del daño: No es un tema para despachar y ya,
Venezuela va a necesitar mucho más que dinero y buenas intenciones para empezar
a mejorar el estado actual de cosas. Cuando sales de la aparente normalidad de
la Capital de la República y te internas en el resto del país, empiezas a
descubrir la verdadera magnitud del tsunami que nos ha devastado, no solo no
existen botones que apretar, no hay maquinas ni quien las maneje, los cimientos
fueron borrados y los letreros que anunciaban la obra desaparecieron.
Con
voluntad política: Sin lugar a dudas la titánica tarea de
construir desde menos de cero no es nada fácil. Un nuevo contrato social es
necesario para poder ir amalgamando una sociedad fragmentada y rota en sus
bases más elementales. La recuperación de Venezuela es un trabajo donde el
consenso hacia el futuro es condición primaria para tener un presente con
mejores perspectivas. No es un tema de partidos políticos por un lado y de
sociedades y privados por otro lado, es una acción de Estado.
Detallemos.
El colapso y la
desaparición de empresas en Venezuela ha sido una constante, de las más de 600
mil que existían hoy a duras penas subsisten un poco más de 300 mil. El atraso
económico y tecnológico del país es de unos 70 años, somos una nación hecha
añicos.
La siguiente tabla nos
muestra incluso como hasta los datos oficiales muestran una parte del tamaño
del daño:
Escasos emprendimientos
y contadas actividades comerciales muestran signos positivos, aquí
evidentemente no nos referimos a los que están íntimamente ligados a la
nomenclatura del poder, eso es otra cosa. Y no confundamos posibilidades de un
buen negocio para un grupo, sector o empresa en particular, con el desarrollo
armónico de soluciones y alternativas para las mayorías.
Sin luz, sin
transporte, sin gasolina, sin agua por tuberías, sin efectivo ni en los cajeros
automáticos ni en las agencias bancarias, con un internet y una trasmisión de
datos fluctuantes que convierte a los puntos de ventas en inútiles por horas y
hasta por días, las ciudades y los pueblos van quedando aislados en una escala
que depende literalmente de cuán lejos se encuentren de las capitales de Estado
más o menos importantes. Y sin ninguna exageración, retroceden en el tiempo
hasta principios del siglo XX, convirtiendo el trueque, la solidaridad de
familiares o amigos en los únicos medios de sobrevivir.
Esta Venezuela no es de
lugares recónditos, es de pueblos como Patanemo en el Estado Carabobo, otrora
cuna industrial de Venezuela, que está a escasos 21 kilómetros de Puerto
Cabello, principal puerto del país, donde existe un solo transporte público con
capacidad para 32 personas sentadas, no quedan transporte en manos privadas y
donde el privilegiado que tenía un carro más o menos en condiciones de
circular, ya no lo hace por falta de cauchos, de batería, de aceite de motor o
de gasolina. Una realidad que se repite y se extiende en esta tierra arrasada.
Los datos y estadísticas
nos sirven para ver lo macro, si lo combinamos con el detalle completo en
sitio, tendremos una adecuada visión para tomar acciones realmente contundentes
y mucho más cerca de lograr buenos resultados en nuestros planes.
Las siguientes dos
tablas desde Statista
nos dibujan muy bien esos números de hoy y nos dan un marco del progresivo
deterioro nacional de nuestra principal y prácticamente única vía de ingresos
públicos como es el petróleo.
Entonces,
¿es posible o no que la blockchain ayude a reconstruir a Venezuela?
Es posible, pero ratifiquemos
primero que sin un cambio en el poder político efectivo, será muy poco lo que
la cadena de bloques o cualquier otra tecnología de avanzada en esta evolución
global, podrá hacer por nuestro país. A lo sumo logros aislados sin permanencia
en el tiempo ni extendidos beneficiarios.
El caso de las remesas
con monedas fiat o criptos es un ejemplo por demás ilustrativo de lo que hablamos.
El grueso de estos envíos que llegan a Venezuela proviene mayoritariamente de
dólares, en menor medida de Euros y muy poco de criptomonedas. El gobierno ha
intentado lógicamente manejarlas, de manera de que se liquiden en sus
plataformas autorizadas y a las tasas oficiales, sin embargo eso no lo ha
conseguido, la inmensa mayoría, un 90% aproximadamente, utiliza otras vías y el
régimen, hasta ahora, se conforma con que ese torrente que entra en forma de
bolívares se inyecte en el mercado, pero eso puede cambiar en cualquier momento
y mediante la banca nacional asumir el control.
No existen datos
confiables de cuanto realmente está entrando por remesas al país, lo cierto es
que representa un monto importante, que fuentes privadas lo ubican alrededor de
3.500 millones de dólares para el año 2018 y que por lo menos entre un 25% a
30% de la población lo esta recibiendo.
Visto todo lo anterior,
creo que los casos de uso donde la Blockchain puede tener efectos positivos en
la reconstrucción de Venezuela, podemos dividirlos en dos grupos:
Los de aplicación inmediata.
Los que dependen de otras acciones.
El tema de las remesas toma
un rol de importancia capital, manejar las transferencias financieras hacia
Venezuela por medio de las criptomonedas dinamizaría la economía de manera
importante, incorporaría una base amplia de venezolanos no bancarizados a un
sistema más justo, los costos de envió serian mínimos y un porcentaje muy alto
de venezolanos tendría un ingreso por esta vía, que sin lugar a dudas los
ayudaría no solo a tener una vida más decente, sino incluso a poder realizar
inversiones y ahorros para su desarrollo. Esto puede hacerse de inmediato, las
plataformas están listas para acometer esta tarea, tanto las que ya están aquí
como las que aún no entran por temor a quienes gobiernan.
Aquí por supuesto es
fundamental establecer un básico y urgente marco legal para específicamente poner
reglas en el mercado actual de criptoactivos, sus intercambios, sus alcances y
límites. Regularizar lo que ya por la vía de los hechos está operando, es la
tarea para que apunte al bienestar colectivo y no a enriquecer a
privilegiados.
La ayuda y donaciones
de carácter humanitario también podrían ser otra opción a desarrollar de
inmediato, incluso, con todas las limitaciones y peligros de hoy, varios
proyectos han y están realizando buenas campañas y acciones en este aspecto.
Las criptomonedas pueden sin lugar a dudas generar un marco de transparencia,
seguridad y bajo costo que impulse a organizaciones internacionales a coadyuvar
con nuestra dramática situación.
Los temas de identidad
digital, transferencia de datos sobre migrantes y refugiados, y la posibilidad
del registro de votantes por medio de la blockchain, están ligados precisamente
a entender que estamos en una tierra arrasada para poder ponerlos en práctica.
Todos dependen de la premisa básica del origen de los datos, y ni la cadena de
bloques ni ninguna otra tecnología de vanguardia sirven si sus datos están
corrompidos, están falseados o no existe confianza en su veracidad.
Aquí se requiere un
trabajo mucho más intenso para revisar hasta el fondo en qué estado real están
los sistemas de identificación de los venezolanos, para nadie en Venezuela es
un secreto, que todas estas instancias donde se procesa la data que identifican
a los nacionales, desde las cédulas de identidad, pasando por el desaguisado
carnet de la patria hasta los pasaportes, están en manos de fuerzas extranjeras
que han hecho cualquier cantidad de irregularidades. Sanear esto es
imprescindible antes de pensar en usar la blockchain, evidentemente se puede
hacer en paralelo y por etapas, pero hay que dejar bien en claro que hacerlo de
inmediato en lo absoluto es viable.
Finalmente es
importante que quienes desde afuera han mostrado genuino interés en ayudar con
la reconstrucción de Venezuela y la utilización de la Blockchain para esta dura
tarea, entiendan que es urgente ponerse de acuerdo con quienes de alguna forma
seguimos viviendo y palpando en carne propia la realidad más allá de los
números y las cifras.
Desde estas páginas
siempre hemos tratado de ayudar con lo que pudiese ser una espectacular
alternativa para intentar salir de esta profunda crisis lo más rápido posible,
en conjunto, donde se priorice el bienestar de las mayorías por encima de
empresas, grupos o proyectos empresariales o personales, que abra los caminos
para una sana competencia y donde al final la gente sea el objetivo común.
Un ecosistema cripto
para Venezuela en esta tercera entrega, es un papel de trabajo para la
discusión, el debate y la coincidencia de rutas que ayuden en la reconstrucción
de nuestro país.
Ahora toca intentar
acordar, darle forma a tantas propuestas y opiniones. Quienes de alguna forma
procuramos esta evolución tecnológica y humana debemos dar los pasos y
presentar conclusiones y planes. Venezuela es una tierra arrasada que no aguanta
más.
Imagen
de Federico Parra / AFP