Muchas aguas han
circulado desde los primeros intentos por integrar la criptografía con el
dinero electrónico y aunque hubo muy buenos intentos, no fue sino hasta el 2009
cuando Satoshi Nakamoto y su protocolo Bitcoin 0.1 realmente nos dio las bases
fundamentales para toda esta evolución que presenciamos hoy y que apenas en
empieza a dar sensaciones de fuerza, en un entorno, donde poderosos intereses
procuran, sino aniquilar, por lo menos desvirtuar la profunda disrupción que se
propone con las Criptomonedas y el Blockchain.
Quienes no nacimos en
esta era digital, pero hemos adoptado con pasión esta evolución en ciernes,
estamos empeñados en llevar hasta su máxima expresión el compromiso de educar,
informar, formar y expandir las bondades del ecosistema, a el mayor número de
personas en el menor tiempo posible, entendemos como una premisa fundamental,
dar a conocer de manera masiva, que es por fin esto de las criptomonedas, sus
verdaderos conceptos, su real utilidad, sus aplicaciones prácticas en el día a
día de la gente común, su beneficios tangibles y la certeza de que su
masificación traerá un mejor presente y un futuro con múltiples capacidades,
oportunidades y posibilidades para todos, porque en más de una ocasión y cuanto
más revolucionaria es una idea, que adicionalmente se puede convertir en algo
real y potable, una conjunción de
desinformación, ignorancia e intereses creados se asocian para que las grandes
mayorías ni vean ni sientan ese futuro, no olvidemos que para muchos internet,
el email y facebook era una broma, un fraude, algo solo para idiotas y hoy no
solo lo usan, lo viven, lo negocian y lo invierten.
Las cryptos nacieron
para quedarse, de eso que no les quede ni un asomo de duda, la actual y distorsionada
volatilidad y especulación financiera, no solo es natural en un activo que
rompe esquemas tradicionales, va a continuar por un tiempo, mientras logra
expandir su bases distributiva y consigue estabilizarse, la gran cantidad de
actores que procuran ganarse un espacio preponderante para su proyecto,
producirán varias explosiones mientras todo esto se va adecuando, a las
actuales más de 1480 criptomonedas que ya existen, se le siguen sumando nuevas
apariciones en el mercado, y definitivamente no hay lugar para todas, aparte
que más de una, no suma absolutamente nada de innovación ni nada por el estilo,
son las propias burbujas de jabón, el ruido que generará su desaparición podría
ser un simple temblor o un fuerte sacudón, dependerá de cuanto haya logrado
inflar sus números, por eso se hace imprescindible conocer a ciencia cierta que
cuando hablamos de cryptos no hablamos de un solo tipo, cada una tiene una
función y utilidad en específico y conocer no solo lo que son, sino para que
son, es definitivo.
Quienes hasta
ayer, me refiero a los que de manera
honesta pero equivocada, despreciaban y despachaban a las criptomonedas con
criterios obsoletos y hasta con epítetos despectivos, hoy reconocen que estaban
en un error, un importante ejemplo de lo anterior, es la posición de un ente
regulador fundamental de la banca tradicional, como lo es el Banco Central
Europeo, que ha ido avanzando desde considerarlas como “un tipo de dinero ( subrayado mío) no regulado, el cual es emitido por
sus desarrolladores, y usado y aceptado entre miembros de una comunidad virtual
específica” , pasando por considerar que “aún son inmaduras para ser
consideradas un método de pago sostenible” hasta reconocerlas como un “activo
financiero”, debo aclarar sin embargo, que esta posición no es total, algunos
gobernadores, una minoría de dicho instituto, todavía se expresan de las
criptomonedas más o menos como basura, esas son realidades que no podemos
obviar y mucho menos dejar de reconocer que están allí, para mí lo importante
es que el avance es innegable y hoy podemos decir y definir sin temor a
equivocarnos, que las criptomonedas son un nuevo activo de valor, con
diferentes categorías, donde algunos de esos activos se convertirán en moneda
de uso masivo y generalizado, con todas las capacidades que ello implica y
otras como intercambios de valores, en base a su plataforma, su utilidad y
fortaleza particular.
Tenemos entonces buenos
amigos, unas cryptos como Bitcoin, Dash, Litecoin o Mercoin, que pretenden ser
usadas para que paguemos nuestras cuentas, compremos productos y servicios en
tiendas físicas o en línea, las cambiemos por monedas fiat en algún país donde
nos encontremos de paseo o de negocios, las transfiramos a otros a nivel
mundial sin intermediarios, nos generen algún tipo de interés en la futura
banca de criptomonedas o las tengamos como una reserva de valor, que como el
oro, usemos para proteger una parte de nuestro patrimonio, son la punta de
lanza de todo este movimiento y las que generan mayor escozor en los actores
financieros tradicionales, el valor de algunas de ellas hoy en día no tiene
discusión, su tarea más bien consiste en lograr afianzar la confianza de su uso
como intercambio de manera masiva y generalizada, que cada día mayor cantidad
de negocios, comercios y empresas la acepten, que puedas moverte a nivel
nacional e internacional con la tranquilidad que podrás hacer uso de ella sin
mayores complicaciones, a bajo costo y de manera rápida y segura.
Ahora tenemos a otras
cryptos que agrupan a tres categorías que ya hemos tratado en artículos
anteriores: las de plataformas, las de utilidad y las de seguridad,
indistintamente de las características particulares de cada una, las identifica
clara y específicamente que no pretenden convertirse en moneda de uso
generalizado, su función es otra, procuran generarle valor a su ecosistema
convirtiendo su proyecto en líder de su sector, Ripple por ejemplo, intenta ser
el protocolo principal para los pagos interbancarios, a una velocidad de entre
5 y 10 segundos por transacción y con un poderoso cuerpo de seguridad, avanza
hacia consolidarse como un banco mutualista descentralizado, podrá
eventualmente cambiarse en el mercado financiero, negociarse e invertir en él,
pero su finalidad es consolidarse como una de las principales autopistas de las
transacciones digitales en el mundo.
Tomemos otros dos
ejemplos, NEO y su Smart Economy, donde
todos los activos físicos pueden ser digitalizados y negociados, con la
confianza del respeto y cumplimiento de todas las reglas por todas las partes,
mediante los contratos inteligentes, y con la seguridad de saber con quién
estas tratando por intermedio de la Digital Identy, es decir, desde cualquier lugar
del planeta, puedes negociar un activo físico comprobando la propiedad y la
identidad, negociándolo como un todo o dividiéndolo y distribuyéndolo entre
varios compradores, con unos costos marginales y accesible a cualquiera.
También podemos pensar en algo más genérico, una cadena de hoteles o de
restaurantes que quieren darle un nuevo valor agregado a sus empresas, la
generación de una criptomoneda que puedan ser usadas como intercambio dentro de
sus negocios, es una buena alternativa para adecuarse a estos nuevo tiempos, el
secreto del éxito o no de un proyecto de este tipo, descansa en la utilidad,
fortaleza y generación de valor que produzca dentro de quienes la usen, no es
emitir una crypto porque si, hoy prácticamente cualquiera puede hacerlo, el
tema es que dé valía, resuelva un problema o produzca soluciones prácticas y
sentidas.