Creo que he escrito
este articulo una diez veces, luego lo leo no me gusta y vuelvo a empezar, así
que no se si termine este, y no es que ande buscando frases rebuscadas ni que
por asomo piense en dejar de decir lo que con franqueza y honestidad pienso del
tema. El punto es que siento que muchísimo más allá de los profundos arrebatos
ideológicos que genera y de la justificada cólera que produce, quienes somos,
viviendo o no actualmente, de Venezuela, tenemos que tener bien claro cosas que
afecten nuestro presente y marquen el futuro. Debemos ver más allá del Petro.
La blockchain y las
criptomonedas tienen sus bases fundamentales en la transparencia, su
inmutabilidad, la descentralización distribuida, su profunda seguridad y sobre
todo en su disruptiva democratización, que genera confianza para su uso y
masificación. Nacieron para empoderar a la gente, al individuo, para que el
colectivo tenga pleno control de sus actos, de sus activos y de la capacidad de
intercambiar sus bienes, activos, ideas y valores sin intermediarios, en plena
libertad y cuando así lo desee. Ahora que sean los gobiernos de países por
demás centralistas, controladores, con muy o nula libertades y con marcado
acento autocrático quienes quieran ser banderas con las cryptos representa la
máxima conjunción del cinismo y la desfachatez.
Vamos, sin embargo, a
revisar lo más objetivo posible como ha ido la cosa con este token PTR, su
nacimiento ha tenido muchos puntos oscuros y no precisamente por algún factor
externo es el propio gobierno que se ha encargado de hacerlo. Primero público
un white paper confuso, genérico y con muchos lugares comunes y políticos que
carecen de sustancia, han tratado remendarlo pero el ADN del proyecto emergió
deforme. Lo han modificado varias veces, dijeron que primero Ethereum, después
que terminan en NEM, y en el camino metieron a Decred a ser no sé qué cosa, a
estas alturas los Smart Contract no están listos y aun no hay reparto de token
porque no los hay, al final un arroz con mango que ya deja mucho que desear
sobre todo si estás hablando de la blockchain donde sustentaras tu proyecto.
Luego, inicias una subasta privada pidiendo hasta la partida de nacimiento de
la bisabuela según para evitar que “manos oscuras” dañen el proyecto pero nadie
sabe quién va a manejar y para que esa data, quienes estamos en Venezuela
tenemos amargas experiencias del uso de estas listas. Hablan de 36 exchange
listos para ofrecer El Petro, pero ni por asomo se sabe quiénes son en
realidad, si tu producto, marca o servicio nace o emana prestigio los mejores
no tendrían ningún problema en identificarse plenamente, aquí incluso se habla
de una negociación que involucra el pago por parte del gobierno de unos 300 BTC
y de una suma no revelada de PTR de regalo para entrar. Ciertamente eso puede
darles un piso donde logren negociar los 44 millones de la venta publica, sin
embargo, son tantas las capas de dudas y zonas grises que el propio emisor ha
realizado que no la tienen fácil y menos si a todas las preguntas incomodas se
responde con el discurso político, no hay argumentos financieros, ni técnicos,
solo propaganda proselitista.
El tema legal y de
respaldo es más espinoso la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela dice textualmente en su artículo 12: “Los yacimientos mineros y de
hidrocarburos, cualquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio
nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y
en la plataforma continental, pertenecen a la República, son bienes del dominio
público y, por tanto, inalienables e imprescriptibles. Las costas marinas son
bienes del dominio público”. En esto no voy agregar más, se lo dejo a los profesionales
del derecho.
Más allá del Petro es
lo que intento que veamos, si bien la primera parte de esta nota me imagino no
le gusto a los defensores del gobierno esta que viene seguro no les va a gustar
a algunos de quienes lo adversamos pero como la cosa no está por gustos y
colores, sino por reales transparentes y sinceros deseos por el bienestar del
país, vamos a seguir adelante. Que Venezuela se abra al mundo de la blockchain
y de las criptomonedas a mí me parece una oportunidad única para enrumbarnos en
la evolución que se nos viene. Que podamos comercializar con cryptos,
incluyendo al Petro si tiene éxito, inicia un mundo de posibilidades
comerciales, de negocios y financieras realmente bárbaras y poder desarrollar
plataformas de intercambio sin barreras fronterizas eso es algo que se pierde
en el horizonte. Que un comerciante pequeño pueda recibir cryptos, comprar
nacionalmente con ella contactar por vez primera y pagar a proveedores
internacionales sin intermediarios de manera directa, sencilla, rápida, segura
y a un costo súper bajo inicia una era de indudables beneficios de crecimiento.
Las Fintech, emprendimientos nacidos hace unos pocos años donde las finanzas y
las tecnologías se unieron para darles respuestas a las gigantescas mayorías
que o no tienen acceso a la banca tradicional o este es en extremo limitado y
más bien simbólico, han conseguido en la blockchain y las criptomonedas la
pieza que les faltaba para avanzar hacia unas relaciones financieras nunca
vistas. Podemos en pocos años ser una importante fuerza motora de desarrollo en
América Latina, México donde se concentra el 74% de las inversiones de las
startup mundiales acaba de aprobar la Ley Fintech un revolucionario instrumento
que anótenlo, pondrá a ese país a la vanguardia del desarrollo regional.
Por otro lado la
legalización de la minería de criptomonedas y la creación de una escuela para
estudios de todas estas materias son buenas noticias. En el caso de la minería
esta debe verse como una buena alternativa para ingresos adicionales de algunos
grupos de personas nunca como una especie de panacea que va a resolver el
gravísimo problema de falta de empleo en Venezuela. Allí es precisamente donde
el gobierno vuelve otra vez a meter la pata y lamentablemente repite sus
errores y desatinos de siempre en los temas fundamentales con lo de la escuela
de cryptos. La fuerza fundamental la que realmente puede sustentar las bases
para un desarrollo importante económica y socialmente posible está en el
impulso de la blockchain con todo, es aquí donde deberían estar concentrados
los esfuerzos de estudios y avance. Debemos formar a nuestros jóvenes en esta
disruptiva tecnología impulsar la adopción masiva por parte de los entes
públicos e incentivar con mucho más ímpetu el financiamiento de emprendimientos
privados que procuren su instalación nacional. Los temas adicionales como la
minería, las ICOs y otras son capas que se originan de la matriz blockchain ese
debería ser el mapa de ruta para lograr cosas buenas.
Dos cosa finales por
ahora, primero no soy ingenuo ni mucho menos pero tengo que apostar por un país
que si bien está hundido en una profunda crisis política y económica su mayor
daño es social y por lo tanto, no puedo incentivar que se acelere más su
destrucción. Esa tendencia macabra de jugar a asolar todo para después recoger
no sé qué cosa no es mi naturaleza y no me prestare jamás a eso. Venezuela
tiene unas enormes posibilidades más allá del Petro y si este gobierno coloca
la blockchain y las criptomonedas en un marco legal y regulatorio adecuado hay
que procurar sacarle provecho por el bien de todos, así de sencillo.
Este articulo fue publicado originalmente en mi nueva pagina en Medium donde colaboro con los buenos amigos de Agorachain Visitanos y descubre un mundo mas cerca de ti.