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¿Qué pasa con las Criptomonedas en Venezuela?

lunes, 8 de abril de 2019


Para poder entender en donde estamos hoy en nuestro país con el tema de las cryptos, es necesario mirar un poco hacia atrás, intentando esbozar como fuimos andando en este camino desde que el buen Satoshi Nakamoto nos introdujo de lleno en esta disrupción mundial.

En lo absoluto trato de hacer un ensayo científico ni nada por el estilo, la idea es presentar lo que considero los hechos más relevantes que se fueron realizando y condensar como se están moviendo las criptomonedas en Venezuela.

De entrada yo divido las cosas en dos puntuales momentos: antes y después del Petro. Y esto es fundamental, porque hasta que se asomara el tema de las cryptos por parte del gobierno en diciembre de 2017 durante una especie de feria de minería digital, la actividad era motorizada casi exclusivamente por parte de los privados, y es a partir de ese evento cuando el régimen que controla el poder del país se involucra de pleno y ciertamente como todo lo que toca, lo daña.

Primeros Pasos.  
                                     
Es por los años 2011 y 2012 que empiezan los movimientos iniciales más o menos generales de las cryptos en Venezuela, casi exclusivamente jóvenes por curiosidad y con ansias de ingresos altos y rápidos en cualquier cosa que no fuera moneda nacional. Son mineros caseros quienes asumen el riesgo y se lanzan al mercado, muy activos desde el BitcoinTalk donde intentan aprender algo del tema, al mismo tiempo se realizan los primeros intercambios fundamentalmente P2P, empieza entonces a escucharse Bitcoin y Criptomonedas como opciones para ganar dinero. Hasta ahora esto es una corriente subterránea, compuesta por arriesgados sin mayores conocimientos técnicos de la cadena de bloques, desarrolladores y programadores nacionales, de hecho salen proyectos locales que a pesar de tener el mérito de la intención, no han logrado tener un impacto real y extendido a nivel local. Dentro de Facebook y Telegram comienzan las voces que hablan de las cryptos, la minería y el trading, surgen las novedades de SurBitcoin y LocalBitcoin, es en estas aguas que nos movemos nacionalmente hasta avanzado el 2015, las cryptos están limitadas a círculos pequeños, con información escasa o incluso distorsionada y con la especulación financiera marcando totalmente la entrada a este mundo.

En 2016 la UCAB realiza un interesante curso sobre finanzas digitales y ya comienza a trascender el tema más allá de la minería. La situación se desarrolla entre las detenciones de mineros de bitcoin por parte del gobierno, acusándolos desde tráfico ilegal de divisas hasta ‘traición a la patria’ por atentar contra el sistema eléctrico nacional,  la  incipiente acción de algunos emprendimientos y proyectos internacionales y la presencia de voceros oficiales de segundo nivel que empiezan a manejar la idea de un medio de criptomonedas para crear un sistema monetario nacional y desarrollar una ‘nueva divisa internacional’.

Nos encontramos en esos momentos, a despecho de los abogados, en una especie de zona gris, donde pasar de lo legal a ilegal simplemente depende del funcionario que realice la actuación, no existe marco regulatorio ni nada por el estilo, todo se resume a la posición y creencia de los burócratas de los órganos policiales y judiciales del país. El creciente intercambio de bolívares por bitcoin, dominado de manera avasallante por Local Bitcoin ante la retirada obligada de SurBitcoin, evidentemente llama la atención del gobierno y de cryptos mundiales, proliferan talleres, cursos y foros, casi todos dedicados a ‘como hacerte rico’ con la minería y el trading, apenas se asoman algunas intenciones de ver el ecosistema de manera integral y muy pocos trascienden la idea de la ganancia a la vuelta de la esquina, la fuerte corrección de diciembre del 2017 los aterriza de golpe.

La indiferencia y ausencia de universidades, organizaciones empresariales y sectores de avanzada económica es notable, la mayoría ve el tema como algo en extremo confuso y etéreo, para nada les llama la atención. Esto es bien importante destacarlo, porque el ecosistema se nutre desde el principio porque quienes buscan en las criptomonedas una salida financiera como fin exclusivo y el sector oficial no será precisamente la excepción.

Se Asoma el Petro. 

El domingo 3 de diciembre del 2017 Nicolás Maduro Moros anuncia públicamente en su programa de televisión N°98, la implementación en Venezuela de un sistema de criptomoneda respaldada por las reservas petroleras llamada PETRO, crea además una Superintendencia y un muy poco duradero observatorio blockchain, que establecen 4 líneas maestras:

1.    Estabilizar la economía venezolana en un plazo estimado de ‘seis meses a un año’.
2.    El PETRO representa un criptopagaré con respaldo físico en las reservas de petróleo.
3.      Anular el Dólar paralelo.
4.  Revaluar la moneda de curso legal “Bolívar”, tomando la paridad monetaria fija Bolívar/Petro en el cual el mercado principal será el Bolívar para evitar el hundimiento del Bolívar frente al Petro.

Nada de eso sucedió.

La corta historia del Petro, es sus dos principales versiones, realmente nunca cumplió con algo de lo que se prometió en cada uno de los anuncios oficiales. El acto del 20 de febrero de 2018 de activación de la preventa del ‘primer Petro’ es más que elocuente, allí Maduro aparte de anunciar que “ya tiene en sus manos $735.000.000 (Setecientos treinta y cinco millones de USD)”, autoriza que una serie de servicios se paguen en cualquier criptomoneda, incluido el Petro:  

·  Ordena a PDVSA, a Pequiven y a la Corporación Venezolana de Guyana (CVG) para que empresas del Estado realicen un porcentaje de su compraventa de productos a partir del martes en moneda Petro convertible.
·     Autoriza a las Cajas de Ahorros a adquirir criptomonedas "para desarrollar granjas de minería digital y proteger los ahorros de los trabajadores a través del Petro".
·      Servicios consulares, en todas las embajadas y consulados de Venezuela.
·    Combustible y los servicios asociados a las aerolíneas en Venezuela.
· Prestadores de servicios turísticos nacionales o internacionales, públicos y privados.

En este primer Petro fueron anuncios tras anuncios, que si la Blockchain de Ethereum, que si NEM, que si los rusos, los chinos y pare usted de contar. Miles de eventos nacionales e internacionales para vender lo invendible, pero que en el camino unió a más de un vivo que quería ver si podía agarrar algo de la fiesta, y mira que varios han agarrado, todavía siguen haciéndolo, y no precisamente Petros. Al final de esta primera historia, Maduro confirma haber recibido, distribuido y gastado 3.338.000 de dólares en una de sus interminables cadenas el 26 de abril del 2018, incluso se dedica a otorgar y distribuir, por lo menos en el papel, lo  supuestamente recaudado. Se continúa hablando de todo lo que se va a poder hacer con el Petro, pero este no aparece por ningún lado, análisis serios y sin la autocensura de muchos, demuestran como simplemente estamos en presencia de una Petro estafa en acción. De repente como todas las cosas de este régimen, el 20 de septiembre del 2018 el gobierno lanza otra proclama criptográfica, estableciendo que “a partir del 1 de octubre el Petro entrara en una nueva etapa como moneda de cambio comercial”, ¡renace el Petro!

Este Petro segundo, anuncia una Blockchain propia, un nuevo White Paper y nuevas condiciones. Solo ellos saben de dónde vinieron y a donde se fueron los tres mil trescientos treinta y ocho millones de dólares que aseguran haber recibido del primer Petro. Ahora se comienza de cero, con emisiones infinitas durante 10 años y la primera está compuesta por 100 millones de Petros, de los cuales el 51% quedaran en reserva del gobierno y el 49% para la venta al público.  

El nuevo Petro conserva su anclaje al decreto 3.196 publicado en la Gaceta Oficial N° 6.346 del 8 de diciembre del 2017, pero ahora establece que se “harán tanta emisiones a que haya lugar en relación a las reservas fijadas como respaldo principal, en un lapso de 10 años”. Y rematan con esta perla: “Cada emisión tendrá una cantidad finita a emitir, por lo tanto el Petro es finito”. En otras palabras, de acuerdo a sus propios análisis sobre ‘el respaldo principal’, fijaran la relación de las reservas y emitirán Petros en consecuencia, hay que leer bien para entender que lo que proponen es una especie de maquinita de hacer dinero digital como burbujas de jabón, así como en lugar de hacer lo que determina este libro blanco con respecto al precio: “Su precio para la primera emisión estará referenciado en el valor de venta en los mercados internacionales de los recursos que forman parte de la canasta de Commodities que respaldan al Petro”, simplemente Maduro, como lo ha hecho hasta ahora, impondrá el precio de acuerdo a nada más que su criterio.

Si algo le faltaba a toda esta historia, era la desnudez en la que quedo el Petro segundo luego del primer apagón nacional de este año, ocurrido el pasado 7 de marzo. Aparte de haber quedado totalmente desconectados sus nodos y permanecer temporalmente sin conexión y suspendida su red, todos los servidores que la sustentan están en control total del gobierno y ubicados geográficamente dentro del país. Ratificando que solo ellos tienen control, manejo y uso de la red, dejando muy poco a la imaginación de lo que pueden hacer y manipular.

Minería Verde.  

En paralelo con toda esta entrada del gobierno dentro del tema de las criptomonedas, la minería recibía contradictorias y diferentes líneas de acción. Cuando se anunció el Petro primero, se hablaba de una criptomoneda minable y en consecuencia se dijo desde las grandes esferas que se abrirían ‘granjas mineras’ desde organismos públicos hasta en las más apartadas escuelas públicas a nivel nacional, de hecho el primer paso de este supuesto gobierno criptográfico fue abrir un censo minero, para según ellos, regularizar y empadronar a todos en igualdad de condiciones.

La cosa es que ni el primero, ni el segundo Petro es minable, sin embargo se importaron con dinero público, sin respaldos presupuestarios, licitaciones o algún tipo de mecanismo de control miles y miles de equipos para minar criptomonedas. Fue tanto el grado de desfachatez oficial que más de un  Gobernador, Alcalde y diversos funcionarios de diferentes niveles exhibían en las redes sociales las maquinas compradas para iniciar una especie de revolución digital del trabajo, una ‘chamba’, como les encanta decir a los del gobierno, que acabaría con el desempleo juvenil y produciría ingentes cantidades de dólares para la consolidación de la nueva soberanía monetaria.  

De nuevo la realidad de lo que aconteció es prueba fehaciente de que las intenciones del régimen siempre ha sido captar incautos para sus trampas. Las granjas mineras al final fueron esparcidas entre funcionarios de alto nivel de jerarquía y en zonas verdes, pero esta ultimas no precisamente en campos ni en sectores rurales, sino dentro de la más alta nomenclatura militar del país.

Así una parte por demás mayoritaria del intercambio nacional de bitcoin, proviene precisamente de esta minería verde que ha hecho ricos a un privilegiado sector del poder en Venezuela.

Leyes en la Ilegalidad.

Existen algunos defensores de la cadena de bloques que juran que pueden permanecer en una especie de globo aséptico de todo lo que ha movido, y seguirá moviendo al mundo, como lo son la economía y la política. En sus grupos, círculos y plataformas rechazan las discusiones que profundicen políticamente sobre el ecosistema, juran que simplemente con la sola fuerza que encarna la Blockchain es más que suficiente para imponer un nuevo orden mundial, desde una honesta sinceridad les deseo éxitos, aunque ciertamente para mí la cosa no es tan sencilla, ni depende exclusivamente de que la tecnología se imponga por encima de todo.

Una ilegal Asamblea Nacional Constituyente aprueba el 20 de noviembre de 2018 un “Decreto Constituyente sobre el sistema integral de Criptoactivos”, publicado por cierto con un sospechoso retraso de dos meses y diez días, en la Gaceta Oficial N° 41.575 del 30 de enero del 2019. Son 63 artículos en total, de los cuales 58 se dedican a la creación, organización y alcances de la Superintendencia de Criptoactivos y actividades conexas (SUNACRIP), otorgándole un impresionante y discrecional poder sobre lo humano y lo divino. Quedan 5 artículos, que quitando 2 dedicados a generalidades, en apenas 3 escuetos artículos este órgano del gobierno pretende abarcar todo el novísimo ecosistema de la cadena de bloques y las criptomonedas.

Apartando la enorme ignorancia de quienes elaboraron este panfleto, desconociendo hasta las posibilidades y características más elementales que conforman la Blockchain, sale a relucir la única y real intención, que no es otra que la de querer obtener de alguna manera u otra ingresos en monedas fuertes y procurar tener control sobre los intercambios y las remesas que de forma continua, siguen aumentando se volumen en el país.

Destacando adicionalmente que ninguna de estas leyes, decretos, medidas y anuncios han sido discutidos, conversados o por lo menos informado más allá de los círculos de poder actual. Han sido decisiones tomadas dentro de las más altas esferas del gobierno, atendiendo única y exclusivamente su visión y óptica, ejerciendo en su extremo más representativo la democracia participativa, claro la de participar a los demás lo que ya ellos decidieron.
 
La providencia “mediante la cual se establecen los requisitos y trámites para el envío y recepción de Remesas en criptoactivos a personas naturales en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela”, publicada en Gaceta Oficial N° 41.581 del 7 de febrero de 2019 ratifica una vez más, de que lo que hemos dicho, se confirma con los hechos.

Empecemos por algo que me voy a eximir de catalogar, se los dejo a su criterio: El articulo 5 LIMITA el monto que podamos recibir mensualmente a un máximo del valor equivalente a 10 Petros!, ‘excepcionalmente’ la SUNACRIP, me imagino por lo magnánimo que son, podrá ‘autorizar’ un monto superior de hasta el valor en moneda extranjera de 50 Petros.

Se establece luego una comisión financiera, no impuestos, sino comisión por transacciones, desde un mínimo de 0,25 Euros hasta el 15% de la operación, quedando esta decisión a falta de especificación dentro de la providencia, a criterio de la Superintendencia o funcionario designado por ella.

Adicionalmente dejan bien claro que solo la plataforma digital designada por ellos será la única autorizada para realizar dichas operaciones de remesas, insistiendo que se reservan el derecho de solicitar cualquier tipo de documentación adicional a la identificación nacional, conocida en Venezuela como Cédula, y a la fecha de nacimiento. 

Queda pendiente de acuerdo a la Ley de Criptoactivos la publicación en un plazo máximo de 90 días hábiles a partir del 30 de enero, del reglamento correspondiente y así completar por los momentos el marco que rige las actividades dentro del país de los criptoactivos y demás componentes del sistema.

Uso por Necesidad o Adopción.

En varias de nuestras notas hemos mantenido que existe, sino manipulación por intereses particulares, un gran desconocimiento cuando se difunde y se afirma que “la adopción de las criptomonedas en Venezuela es masiva”. Han contribuido a esta tendencia medios digitales y lamentablemente algunos buenos proyectos, quizás en la intención de crear un ambiente positivo para sus propuestas de negocios, publicando cifras sacadas fuera de contexto algunas y otras simplemente falsas, colocar una calcomanía frente a un negocio no significa que realmente se acepta criptomonedas como forma de pago, esto en Venezuela no es ni taxativo ni tan verídico.

Un ejemplo ilustra lo que digo: El C.C. Parque Los Aviadores en Maracay, que intenta mantenerse funcionando adecuadamente dentro de lo dramático de la situación, tiene alrededor de 400 locales disponibles, nunca lograron ocupar todos y hoy mucho menos del 40% se mantienen activos regularmente, en un momento se anunció que todos aceptarían pagos con criptomonedas, la realidad actual es que muy, muy pocos comercios realmente aceptan este medio como método de pago.
       
Por eso es imprescindible que veamos la cosa en su justo valor, contexto y sentido.

Primero entendamos el contexto del sistema en Venezuela:

· Los actores privados que participan al día de hoy, buscan fundamentalmente la especulación financiera mediante la minería y el trading.
·    La fuerte intervención del gobierno con intereses muy particulares distorsionan profundamente todo el ecosistema.
·  Intensiva minería de bitcoin por parte de altos funcionarios y sectores del gobierno, marcan los volúmenes de los intercambios.
·     La brutal hiperinflación ligada al aun control de divisas, genera la ‘huida’ por imperiosa necesidad de protección del patrimonio, hacia las criptomonedas por parte de privilegiados pequeños sectores públicos y privados.
·  Un marco regulatorio cargado de impresiones de ilegalidad y extendida desconfianza hacia un gobierno carente de cualquier tipo de seguridad y libertad.
· Escasa participación de organizaciones empresariales representativas.
·       En Venezuela existían unos 300 mil comercios formales hace cinco años, hoy se estiman que siguen funcionando unos 180 mil, muchos irregularmente y a nivel muy básico.  
·      Un Petro desnudo, totalmente centralizado, con innegables bases de prevaricación,  manipulado y con muestras más que evidentes de ser una estafa en todas sus letras.
· Indiferencia de sectores universitarios, emprendedores y de avanzada tecnológica hacia la Blockchain.

Siempre he defendido la necesidad de ubicarse adecuadamente para poder ver las debilidades y fortalezas que tenemos por delante y actuar en consecuencia. De nada sirve esconder la cabeza en la tierra para pretender no ver lo que realmente está pasando, la fuerza y posibilidades de desarrollo de la cadena de bloques y de las criptomonedas en Venezuela, pasa inexorablemente por reconocer el contexto y elaborar las estrategias para poder romper las dificultades.

Nota Transitoria.

En Venezuela es mucho el camino por recorrer antes de que hablemos de adopción y de masificación de las criptomonedas. Existe ciertamente un interés, que a pesar de haber nacido principalmente de la especulación, en los últimos dos años ha ido ganando poco a poco terreno en los sectores más avanzados de la sociedad nacional.

El 2018 fue un año donde empezaron a verse iniciativas interesante sobre el tema y otras que continuaban su labor, por ejemplo desde la Universidad de Carabobo se impulsa con mucho sacrificio y voluntad, la única cátedra de CriptoEducacion que existe en el país, los cursos, talleres y actividades de solidaridad y formación fomentados por proyectos como Bitcoin Cash, Horizen, IOTA, EOS y otros en menor medida, además del trabajo de la gente de Dash que hace rato se esfuerza por consolidarse nacionalmente y también la continua apuesta que realizan plataformas como Cryptobuyer, Cryptoway y AirTM, representan hitos significativos pero no suficientes.

Quienes han seguido mis artículos conocen mi pensamiento sobre la íntima relación que tienen para mí esta disrupción con la economía y la política, no creo que haya posibilidades ciertas de crecer y masificarse sino existe una profunda interrelación entre todos estos aspectos. Fíjense que en lo que va de año, fruto en parte de las medidas y leyes aprobadas por el gobierno, el bajón de las criptomonedas y de la inocultable inestabilidad política que vivimos, el sector entro en una pausa y paralización de lo que se venía haciendo, lo único que no ha cesado, evidentemente por razones obvias, es el continuo intercambio de bolívares por bitcoin, ahora incluso con más razón para realizarlo. 

En toda esta evolución que presenciamos y protagonizamos a nivel global, tengo la costumbre de no dar nada ni por definitivo, ni por sentado. Convencido estoy de que estamos en continuo experimento y pruebas de lo que se está construyendo, y que lo haremos en conjunto, aunque no obligatoriamente al mismo ritmo. Ahora, lo que si me atrevo a ratificarle a cualquiera, es que el desarrollo y crecimiento armónico del ecosistema en Venezuela, no será posible mientras quienes detentan hoy el poder efectivo lo sigan teniendo, no hay posibilidad alguna de avanzar hacia algo bueno con este gobierno.

Queda entonces procurar el cambio y triunfar, o quedarnos en este ostracismo en el que vivimos y que unos pocos sigan beneficiándose y utilizando su poder para engañar y manipular. 
 
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