Y lo peor de la banca.
La regulación ya está
aquí, el actual sistema ya empieza a acordar los términos de las reglas sobre
la blockchain y las criptomonedas, los movimientos de regulación vienen en tres
tiempos y desde distintos actores, como la banca y sus peores representantes
hasta los pretenciosos intocables digitales. Por cierto frente a quienes dicen
que aceptan la cadena de bloques pero no las cryptos, le digo que o dejan la
idiotez o se ilustran un poco, las dos van de la mano y juntas cambiaran la
economía y nuestras relaciones como sociedad.
Hablábamos
anteriormente de los diferentes caminos que estaban escogiendo los gobiernos
del mundo frente al ecosistema, veíamos que se daban varias posiciones en
apariencia distintas unas de las otras. Hoy vemos con mucha más claridad que
avanzamos hacia tres visiones con matices internas pero plenamente ubicadas en
su enfoque matriz.
En principio los
“Totalitarios” son el grupo más virulento, se asoman con todo su poder, China, la India,
Vietnam, Tailandia, Islandia, Bangladesh, Kurdistán, junto a gobiernos de
países como Bolivia y Ecuador llevan el testigo inicial en esta cruzada sanadora.
Aquí vemos como regímenes nada democráticos y con profundo desprecio por los
derechos ciudadanos, humanos y de libertad de sus nacionales, coinciden con los
típicos libertadores, nacionalistas y mesías que pretenden entronizarse en el
poder. Prohíben las cryptos, pero se preparan para invertir en cadenas de
bloques y anuncian sus propias criptomonedas bajo el control del Estado, viven
mentalmente en la época de las fronteras físicas, pero ojo, no crean que por
eso no utilicen los avances tecnológicos para sus intereses.
Este primer grupo puede
no estar conformado por una gran cantidad de países, pero representan un gran
porcentaje de la población mundial. Son los genuinos representantes de aquellos
que quieren seguir robándoles la posibilidad de prosperidad real a sus
ciudadanos, su objetivo simplemente es mantener el control social, político y
económico de sus sociedades. Permitir que algo fuera de su control empodere y
democratice el dinero, no está definitivamente en sus planes.
Los “Status Quo” se asoman de segundo, van de
a poco sumando para su causa y potencialmente pueden ser el grupo mas numeroso, son en ocasiones realidades distintas que se unen
en sus propias contradicciones y a pesar de sus tangibles diferencias se
amalgaman en un mismo fin. Aparecen como campeones de la legalidad, de la defensa de los usuarios y del incentivo de las mejores prácticas económicas, es
posible que algunos de sus miembros tenga realmente esas loables intenciones,
pero realmente su preocupación fundamental es poder regular, controlar y
manejar lo que pudiese salir de toda esta disrupción. Se dice que de buenas
intenciones está empedrado el camino al infierno y aquí hay mucho tiburón
intentando que esto no los arrase como les paso a nuestros dinosaurios de la
prehistoria.
El grupo de estos
legalistas va desde países con democracias representativas como USA, Alemania,
Inglaterra, Corea del Sur, Israel, Italia y Singapur entre otros, pasando por países con
“gobiernos legalmente elegidos” como Camboya y Venezuela, hasta la manera de estilo
soviético de los nuevos zares de Rusia. Les confieso que no logro visualizar
como la gran mayoría de estos países acostumbrados a manejos oscuros de la
política y de la economía real, puedan estar dispuestos a colocar todo en una
blockchain descentralizada, democrática, inmutable, transparente y distribuida,
o a perder el control de aplicar devaluaciones, revaluaciones, correcciones
monetarias y sus propias burbujas a su real y única discreción.
Nos queda el tercer
tiempo, con Eslovenia y Australia como puntas de lanza, igualmente parece que
quienes gobiernan actualmente en Japón, Suiza, Holanda y México entienden que
esto no es solo una situación momentánea y que el futuro está marcado por el
desarrollo de la cadena de bloques. Con matices y contradicciones están
intentando avanzar hacia una sociedad que incentive el uso del cambio que
estamos viviendo. El principal ingrediente del porque estos países están
rompiendo algunos de los esquemas globales, es que no están esperando, avanzan
y toman decisiones para adoptar el ecosistema.
Los “Adoptantes” tienen igual que todos los demás sus propias contradicciones y matices internas, como
buenos seres humanos ninguno de nuestros grupos es 100% puro, eso tan solo
existe en mentes que a través de los siglos simplemente confirman que tan
diferentes somos. Lo real es que están tomando decisiones que tienen como clara
intención la adopción de la blockchain y de las criptomonedas como lo que se
nos viene, pronto empezaremos a ver como la presión del resto intentara
cambiarlos de este camino, anótenlo.
Así como las cosas no
son blanco y negro y ya, esto tampoco se queda aquí. A los lados de estos
gobiernos tenemos los grupos de poder, los más transparentes hace rato que
están construyendo sobre la cadena, otros intentan cambiar para adaptarse al
futuro y por supuesto están lo que simplemente pretenden tapar el sol con un dedo.
Lo menos que puedo decir en un internet donde por medio de Google, Twitter, Facebook
y otras redes, terroristas, narcos, mercaderes de humanos, pedófilos y un largo
etcétera hacen su agosto, sin que ninguno de estos intocables digitales haya
hecho un poco más que un saludo a la bandera, es que es bien ridículo su
postura de prohibir anuncios sobre las cryptos por “protección de sus
usuarios”. Hablen claro y digan que defienden sus propios intereses y ya, por
lo menos tendrán un poco de honestidad.
Capítulo aparte la
banca y todo ese entramado de intermediarios que cobran hasta por respirar,
siempre a los bancos parecen olvidarse que ese dinero simplemente no les
pertenece, no es suyo, como tampoco la decisión de usarlo, incluso si esta
fuese no legal. Son sencillamente un lugar físico o digital donde por decisión
de un gobierno, tienen la facultad de guardar unos haberes, ese es el punto
central de algo que parece que se nos olvidó a todos, nacieron para servir, no
para esclavizar. Esa banca retrograda como algunos en Chile y en Brasil,
todavía juran que su palabra es ley, son la prehistoria de un pedazo del mundo
que se niega a morir.
Y claro que hay una
banca moderna, esa que junto con las Fintech va a terminar por imponerse, no
por obligación, no en lo absoluto, será por consenso, tal cual como la
blockchain que todos iremos armando. Las piezas de todo este enorme
rompecabezas de nuevas relaciones apenas están asomando sus primeras notas y
ciertamente van a ver idas y venidas. Revisen nuestra historia para que miren
en perspectivas como se han logrado los cambios reales, no es que nada sea
gratis, es que para que logremos algo profundamente bueno para la inmensa
mayoría se requiere de fuerza, corazón, lagrimas, sudor y sangre en nuestras
venas.
La blockchain, las
cryptos y todo el ecosistema tiene el reto de poder generar su propia limpieza
de zorros y camaleones, aquí lo hemos dicho y propuesto desde hace tiempo.
Debemos utilizar nuestra cadena de bloques para filtrar todo ese mar de ICOs
que actualmente inunda todo sin ningún tipo de información valiosa, es
prioritario profundizar la educación financiera de las grandes masas para poder
darles las herramientas adecuadas para decidir.
Tenemos frente a
nosotros una disrupción global, es necesario entonces que pasemos de los
entornos individuales y de grupos a defender, organizar, difundir y distribuir
a la blockchain y las criptomonedas como un gran movimiento ciudadano, libre,
democrático y profundamente transparente. Más allá de la auto regulación creo
que es principal convertirnos en reales y poderosos actores globales de lo que
individualmente profesamos. Es hora de ir asumiendo el reto de lo que tantas
veces decimos en pequeños espacios, la masificación y la adopción pasa por la
educación y la conformación de un proyecto blockchain de carácter mundial que
lleve hasta los últimos rincones la voz de todo el ecosistema.
Publicado en mi pagina en Medium
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