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La era del token digital.

miércoles, 20 de febrero de 2019


El aporte de Satoshi Nakamoto a la humanidad será correctamente valorado en los próximos años, su Blockchain inicial y el Bitcoin asomaran su real fuerza y significado en la medida que la especulación financiera y las muertes burbujeantes dejen de ser titulares en los actuales, y pronto, obsoletos medios de comunicación masivo y redes sociales.

Entramos sin permiso ni aviso en la era del token digital.

Para los siempre descuidados leedores de encabezados sin sustancia, la noticia del JP Morgan solo es una nota más que se pierde en el brumoso mundo de la rapidez mediática que vivimos, son incapaces de ver el profundo significado que representa, tanto el anuncio como sus implicaciones. Es que no estamos acostumbraros a profundizar sobre cosas que nos parecen harto complicadas, para la inmensa mayoría de quienes habitamos esta tierra, suficiente tenemos con nuestras querellas locales, a lo sumo un escándalo sabroso que distraiga, pero para nada ejercer presión mental de temas que preferimos no saber mucho.

Es que en plena era de la información y la comunicación, sobran las opciones, pero faltan las intenciones.

Y no solo es el JP Coin, esa es apenas la punta del iceberg que crece bajo nuestros pies sin siquiera sentir algún minúsculo movimiento telúrico. Los audaces, los arriesgados, los de siempre y los que pretenden cambiar el mundo, hace rato procuran sacudir este presente y acomodarse en primeras filas para el futuro que ellos creen, no que viene, sino que pueden construir. Esos movimientos de tierra se están efectuando ahora mismo, por un lado los primogénitos de Nakamoto lo hacemos dispersos y en trincheras fortificadas en nuestras propias creencias y utopías, mucho empuje tuviésemos juntos, pero nuestros laberintos mentales nos impide siquiera juntarnos para forzar el statu quo unidos, pensar que tenemos tantas cosas a nuestro favor, pero intereses y egos frenan el mapa de ruta. Aparecen los dinosaurios del sistema financiero que se digitalizan y se aprestan a convertirse en una nueva especie de tiburones, ágiles y con una capacidad de movimiento impresionante, han aprendido de sus errores y de los demás, usan la historia para sus fines, despreciar su capacidad de adaptación ha sido un error constante. Los gobiernos, por otro lado,  explotan en sus propias contradicciones, aquí lamentablemente los autoritarios tienen una enorme ventaja frente a las sociedades democráticas, su propia esencia los convierte en un enemigo formidable a la hora de tomar decisiones poderosas y estables en el tiempo, quizás la excepción a esto, son los Estados pequeños que puedan manejar con éxito el mantener acciones en el tiempo, queda ver hasta donde entienden las sociedades este cambio y la necesidad de llegar a acuerdos firmes y sólidos a lo largo de los diferentes gobiernos elegidos. También corren los olvidados de las finanzas y los neo bancos que se aprestan a presentar batalla, y mira que tiene armas poderosas para reventar nichos específicos y convertirlos en mercados globales, ya no necesitan presencia física, pueden traspasar las fronteras y están reinventándose a un ritmo impresionante. Finalmente los gigantes poli-omnipresentes diseminados en distintos y disimiles sectores, con una poderosa tesorería y una amplia base  de millones de personas en todo el mundo, alimentada, nunca pausada, por una intensiva minería de datos, intentan ser ellos quienes lleven la bandera de la victoria en esta era del token digital y convertirse en las nuevas organizaciones mundiales del intercambio total.

Avanza sin respiro el banco en la nubes, y no, no mire al cielo, la mirada es en la red.

La cadena de bloques nacida en el 2009 ha dado apertura a una enorme y alocada carrera de desarrollos laterales, frontales, encima y abajo. Es impresionante como Nakamoto ha abierto una caja de pandora que tendrá profunda consecuencias para todos y cada uno de los que habitamos este planeta, la era del token digital va a cambiar las sociedades tal como la conocemos, nuestras relaciones y principalmente los centros de poder. La espesa neblina de la especulación financiera, la antiquísima manipulación mediática, antes y después de internet, y nuestras propias limitaciones les impide a muchos ver lo que realmente sucede, somos torpes para darnos cuenta como esta nueva revolución hacia lo digital está avanzando. Muchos más pronto de lo que pueda o quiera desear, estaremos comprando, trabajando, intercambiando y viviendo en las redes, no necesitaran de ningún banco como los que actualmente conoce, tampoco ir a ningún comercio o centro comercial, estos se convertirán en centros de contacto tecnológicos, tendrá su identificación digital en muchos países para negociar y lo más seguro sin moverse podrá ejercer su decisión de votar por tal o cual candidato de su preferencia y de su localidad. 

Las fronteras físicas hace rato dieron paso a un nuevo concepto de intervención, la Blockchain termino por romperla.

Las actividades primarias de producción por supuesto que continuaran, ¿sino, que comemos?, pero estás estarán marcadas y en línea con nuevos procesos de tokenizaciones operacionales, será mucho más eficiente y eficaz tanto la siembra, las cosecha y la fábrica, múltiples proyectos agrícolas basados en la cadena de bloques están en pleno ebullición, algunos operando y otros en periodo de prueba. Con gigantes como IBM y Maersk a la cabeza los procesos de importación y exportación a nivel mundial están dando enormes pasos de integración a todos los niveles de puertos en cualquiera parte, el impulso hacia nuevos medios de comunicación y redes sociales descentralizadas y con direccionalidad directa hacia las gestiones particulares de cada quien es impresionante, esto junto a los movimientos de nuevos navegadores y buscadores de la red, están abriendo un boquete enorme en la forma de relacionarnos en línea. El innegable éxito de M-Pesa en un continente como el africano, demuestra en vivo y directo como esta revolución no necesita de décadas para lograr llegar a su máximo. Estamos viviendo tiempos espectaculares de cambios y nuevos paradigmas, no como un cansado y desgastado marketing promocional, sino como una real y poderosa ola que avanza de manera indetenible hacia un mundo diferente a este. Recuerden que la tecnología por sí misma no es ni buena ni mala, somos los seres humanos en última instancia quienes decidimos que, como y porque utilizarla.

En definitiva, la ciencia ficción tendrá que reinventarse para sorprendernos, la era del token digital llego.  
 
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