LA NORMA
Quienes siguen creyendo
que la adopción masiva de las criptomonedas se resuelve solo con más escalabilidad,
mayor jerga técnica o con nuevos desarrollos en la cadena de bloques, o las App,
o una minería ecológica, o su gobernanza, o en sus nodos o súper nodos, o en el
largo etcétera de los algoritmos, comete el mismo error de quienes aun teniendo
buenos proyectos en la época de las punto com, terminaron en el basurero de la
historia, mientras quienes entendieron el entorno, el momento y actuaron en
consecuencia hoy son unos gigantes mundiales. La utopía es buena para soñar y
quizás para reflexionar, pero en nada te ayuda si realmente quieres inducir
cambios reales y que nos lleven hacia una sociedad más justa, equilibrada, de
libertad y autonomía personal. La política y lo social serán determinantes en
la posibilidad de que las cryptos y la blockchain puedan abrir un mundo mejor,
el que no lo entienda quedara arrinconado entre sus fórmulas mágicas y sus
laberintos mentales, por eso aquí combinamos una buenas dosis de tecnología,
evolución técnica, procesos informáticos con la estrategia política para
avanzar hacia un marco normativo de un ecosistema crypto para Venezuela.
Los que estamos convencidos
de lo fundamental de esta disrupción debemos tener claridad en el tema, aquí
nada va a desaparecer de golpe y mucho menos, quienes hoy ocupan el poder
económico, financiero y tecnológico nos están esperando para entregarnos sin
chistar su dominio mundial. La blockchain puede definitivamente ser una eficaz
herramienta de cambio en los sectores económicos, financieros y sociales de
nuestro país, podremos con el uso de la cadena de bloques, por ejemplo, en un
futuro poner fin a infinidades prácticas de corrupciones públicas y privadas
que hoy mantiene poderosas estructuras a todos los niveles dentro de cualquier
país, precisamente esa situación hace que los venezolanos seamos hasta cierto
punto sensibles hacia ese flagelo. Y digo hasta cierto punto, porque
lamentablemente aun con todo el monstruoso latrocinio que nos asalta hoy en
día, muchos no la visualizan como uno de los problemas más importantes que
tenemos, de ahí parte de la tarea de lograr que la gente identifique plenamente
como el robo del erario público los afecta de manera directa y profunda . Las
criptomonedas por otro lado pueden servir, junto a otras medidas macro y micro
económicas, de instrumento para resolver la bestial hiperinflación que nos
azota, abrir espacios de desarrollo económico impensados hasta ahora, insertar
comunidades aisladas y olvidadas en toda nuestra geografía y hacernos
evolucionar positivamente hacia una sociedad muchísimo más inclusiva social y
financieramente. Ahora es innegable que estos dos elementos están íntimamente
ligados a lo político y a lo social, comprender esta relación es parte de la
labor que tenemos para poder presentar y lograr empujar la posibilidad de un
ecosistema crypto para nuestro país, de eso es ahora de lo que vamos a hablar.
Para ilustrar
claramente como al día de hoy la blockchain y las criptomonedas están en la
práctica avanzando en el mundo físico les menciono tan solo dos casos: La
recuperación de los puertos venezolanos es de vital trascendencia para nosotros,
nuestra puerta de entrada y salida por vía marítima se encuentra en condiciones
en extremo deplorables, su desolación de hoy contrasta con las filas de buques
que años atrás esperaban para descargar, además de ser uno de los focos de
corrupción más grandes del país. En otras palabras tenemos un perfecto coctel
de ineficiencia, descomposición y escandalosa centralización que tiene
tremendas consecuencias económicas para nosotros. Aquí entra Tradelens, una
plataforma colaborativa creada a principios de 2018 por la empresa IBM y el conglomerado de transporte y
logística Maersk, el mayor operador de buques portacontenedores, esta startup
está enfocada en el uso de la tecnología de los criptoactivos para hacer más
eficiente y segura la cadena de suministro para el comercio a nivel global. Asimismo,
es importante señalar que para fines del año 2018, la solución ya contaba con
más de 100 organizaciones y 20 operadores portuarios en su plataforma,
registrando 230 millones de envíos y procesando más de 20 millones de
containers, así como a las autoridades portuarias en Países Bajos, Arabia
Saudita, Singapur, Australia y Perú. Y no solo es Tradelens, diversos países
están experimentando sus propias soluciones basadas en blockchain, como el caso
del Puerto de Veracruz, México, que desarrolla un proyecto para implementar su
propia cadena de bloques nacional.
Otro tema de marcada
sensibilidad es el referido a las donaciones y ayudas que se recaudan en
momentos de desastres naturales, conflictos políticos o bélicos y pandemias, o
simplemente porque alguien quiera regalar algo pero no desea que se lo roben,
que no llegue al beneficiario escogido o que sea usado en otra cosa, para nadie
es un secreto la cantidad de ocasiones que tanto sectores privados como
funcionarios y gobiernos simplemente han desviado y escamoteado gran parte de
estas colaboraciones, en las actuales condiciones de Venezuela toma importancia
capital el manejo idóneo, transparente y limpio de las asistencias que hoy
intentan llegar al país. La Fundación
BitGive permite a los donantes seguir sus donaciones de bitcoin paso a paso, lo
que aumenta la transparencia y la responsabilidad de las organizaciones y la
confianza del público, al poder verificar que lo que donaste llego a quien
corresponde y mejor aún, que fue usado de acuerdo a lo que era su verdadero
fin. Existen otras plataformas que mediante la cadena de bloques procuran
impedir la corrupción de estos recursos y ayudar a su eficiente distribución y
utilización.
Es buenos recalcar que
estas notas son hojas de trabajo para iniciar la faena, en nada son términos ni
conceptualizaciones definitivas ni cerradas, si algo he aprendido de mi
experiencia hasta ahora y de lo que la blockchain, y todo su desarrollo actual,
pueden enseñarnos, es a no prejuzgar, a no despachar algo porque no nos gusta o
nos molesta quien lo dice, a asumir realmente la descentralización, la
transparencia, la distribución y la búsqueda de un cambio real, como práctica,
que confirme de que lo que decimos no es un slogan, no es una moda, ni tampoco
una irreverencia por que sí. En el caso venezolano es importante aclarar que
entiendo la necesidad de hacer modificaciones al marco legal actual, cosa que
sin ningún problema se puede enmarcar dentro de la total y absoluta necesidad
de hacerlo a nivel general, les recuerdo que nuestra situación presenta una
ilegal constituyente que ha lanzado una cantidad de leyes y decretos que deben
ser anulados con las consecuencias y adecuaciones que se generaran y otro
número importante instrumentos legales emanados de la legitima Asamblea
Nacional que deben ser asumidos como tales, de tal forma que la revisión y
conciliación de todo lo jurídico es tarea primaria y urgente del cambio que se
nos viene.
Empecemos entonces a
definir qué tipo de marco normativo estamos proponiendo. Fíjense que no uso
regulación, y esto no solo es a propósito, sino que representa la médula
central de la propuesta, porque al fin la idea no es asomar parches, ni
reformas para seguir con el mismo tema, muy por el contrario me inclino hacia
un conjunto de normas que permitan impulsar, promover y asumir a la
tokenización de la economía como fin último, es decir, no parto del mero hecho
de regular un sector para encauzarlo a las leyes, hablo de una propuesta que
tenga bien claro que vamos a ir avanzando hacia un sistema económico totalmente
diferente al que tenemos en la actualidad, que vaya ajustando sus procesos
internos sin perder su interrelación con el mundo. Donde tendremos un Estado
insertado política, económica y socialmente en el nuevo siglo, unas
instituciones financieras, publicas y privadas, diseñadas para la nueva era
digital, unos actores privados adecuados a la empresa del futuro y una sociedad
creciendo enérgicamente desde sus raíces hacia la equidad, el equilibrio y la
libertad. Si algunos a estas alturas cree que estamos divagando, o extremando
una utopía, les recomiendo que dejen de ver los titulares y se encarguen de
profundizar y ver más allá de sus narices, un mundo se está construyendo con la
blockchain, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, el Big Data, los
desarrollos alternos como las DApps, las cadenas laterales, las DAO, etc. ¿Cómo
será?, no lo sé, pero ciertamente no me voy a quedar a ver como convidado de
piedra, intento en lugar de soñar el futuro, procurar contribuir de alguna
manera a construirlo.
Este mapa de ruta que nos
llevara hacia una economía tokenizada no se dará de la noche a la mañana, es
necesario establecer un periodo de adecuación temporal para ir soportando las
bases del nuevo sistema, a mi entender de no más de un año, en este tiempo si
es necesario establecer regulaciones provisorias para proteger los intereses de
la sociedad en general y del Estado como órgano rector de las políticas
públicas. Legislando específicamente para poner reglas en el mercado actual de
criptoactivos, sus intercambios, sus alcances y limites, además de su
interrelación y exacta ubicación, en esta transición, con el sistema financiero
en general.
Este marco normativo
debe conceptualizar de manera sistémica los elementos y definiciones que lo
integrarían, exponiendo en su sentido más amplio posible, las diferentes
tendencias que lo componen. Es importante asumir que estamos incursionando en
un terreno inédito y de tempranísima manifestación, de tal manera que sin
perder la rigurosidad jurídica, aquí es necesario no establecer estrechos
márgenes que no permitan flexibilidad frente los cambios, por eso desde el
principio estamos hablando de normar y no de regulación. Luego debemos
estipular el alcance de lo que nos proponemos, dejando bien claro que no se pretende
para nada, simplemente ordenar un sector, sino estipular nuevas relaciones
económicas para el país, fortaleciendo la habilidad de adaptación, acción y
reacción, aplicando la escalabilidad para programar las tareas en el tiempo que
necesitamos implementar sin perder calidad ni fuerza, de manera de generar un
crecimiento continuo y fluido que nos garantice plenamente cada paso que demos
dentro de los procesos de implementación del ecosistema.
Partiendo de la
definición central de que los criptoactivos representan una propiedad personal
intangible, me inclino a clasificarlos en tres grandes categorías:
1. Token
de utilidad: Se refieren a fichas que otorgan acceso a su titular a servicios y
usabilidades dentro de un proyecto.
2. Token
de Seguridad: Representa acciones o valores digitales de derechos sobre una
empresa o emprendimiento, vinculados a activos reales como deuda, bienes raíces
o capital.
3. Criptomonedas:
Monedas de intercambio general basadas en blockchain, teniendo el mismo
tratamiento que el dinero fiat.
Detallar y profundizar
en cada una de las categorías es parte del trabajo que tenemos por delante, es
necesario establecer al máximo las especificaciones que proponemos en esta
clasificación, lo novísimo de la blockchain amerita, insisto, concepciones
dúctiles que nos permitan poder avanzar en la medida que vayamos consolidando
todo el ecosistema crypto.
Incentivar el nacimiento
de una poderosa industria tech y de neo bancos, es otra de las patas que proponemos para nuestro ecosistema crypto.
La llegada de las fintech, finanzas y tecnología juntas, ha originado una
expansiva onda que está modificando no solo el tema de las nuevas formas
netamente financieras, sino un fuerte crecimiento de tech de distintas áreas y
sectores: Ecotech, legaltech, socialtech, etc. Las bases de un enérgico crecimiento general
están ligadas a fortalecer organizaciones que motoricen un nivel de equidad y
equilibrio social como impulsadores del nuevo sistema. Tech basadas en la
cadena de bloques con soluciones particulares, que atiendan de manera directa a
sectores populares y muchas veces olvidados y neo bancos que apunten hacia la
extensión real de una red de micro organismos financieros comunitarios a lo
largo y ancho de toda nuestra geografía, es un punto focal de la propuesta. La
intención es procurar un orden distinto dentro del sistema financiero, del
comercio, de la industria y del sector productivo en general, donde podamos ir
caminando hacia un estado realmente adaptado a los principios originarios que
dieron pie al nacimiento del Bitcoin.
Capítulo aparte
tendrían los token que nacerán de las ofertas e iniciativas privadas o
comunitarias, la intención es establecer las pautas normativas para que estas
formas de recaudación de capital, bien sea para nuevos proyectos o para
ampliación de empresas existentes, estén claramente definidas sus
características, funciones y alcances, estas en principio podríamos agruparlas
en dos tipos:
1. Las
ICOs: Un mecanismo de financiamiento de un proyecto o empresa basado en
blockchain, realizado a través de Internet mediante la venta multitudinaria de
un criptoactivo, que produciría token de diferentes tipos.
2. Las
STOs: Procesos iniciados por un proyecto cuyo único fin es la emisión de token
de seguridad, es decir, venta de valores tangibles, tales como activos, deuda,
bienes raíces o de capital.
Aquí debemos consolidar
que cualquier tipo de iniciativa de recolección de fondos creados en
blockchain, indistintamente de las características que quieren llevar a cabo
sus impulsores, debe procurar ubicarse en estos dos grupos y normarse de
acuerdo a especificaciones legales, técnicas, financieras y económicas que
debemos desarrollar. Las ICOs por sus propias particularidades comprenden un
abanico en extremo extenso de opciones, algunas tendrán condiciones netamente
de tokens de utilidad, pero otras indudablemente tendrán posibilidades de
desplegar incluso hasta las tres categorías de criptoactivos que hemos
categorizados. En línea con nuestra idea medular de avanzar hacia un sistema
económico y financiero muchísimo más inclusivo, creo fundamental darle
fortaleza, incentivos y amplias posibilidades de presentación, a aquellos proyectos
que se originen dentro de las propias comunidades y que procuren generar real y
consistente impacto social dentro de su entorno.
Vamos a finalizar esta
nota referida al marco normativo de nuestro ecosistema crypto para Venezuela,
sobre la necesidad de establecer adecuadas estructuras públicas y privadas para
la exitosa implementación del sistema general. Más allá de proponer la creación
de nueva burocracia, creo importante renovar las actuales organizaciones
estatales y empezar un proceso de reingeniería que avance hacia esas nuevas
estructuras públicas. Si algo bueno podemos sacar de toda la destrucción institucional
de los últimos años, es que podemos empezar a construir prácticamente de cero,
si miramos las cosas pensando en el futuro que queremos levantar, todo está por
hacerse y queda bastante trabajo por delante. Organizaciones privadas
enmarcadas dentro de este novedoso tema de la blockchain y las criptomonedas
forman parte integral del mismo, como hemos podido ir observando las viejas,
excluyentes y dispares relaciones financieras y económicas actuales no tienen
cabida en lo que proponemos, aquí sostengo que se puede lograr más con los
incentivos que con las restricciones, debemos pasar del tema de las
responsabilidades sociales empresariales hacia empresas realmente comprometidas
con su entorno, su desarrollo y su activa participación en la evolución de la
sociedad, es un modelo que implica tiempos de transición, pero que finalmente
recompensara al emprendimiento que la propia gente escoja a través del mercado.
Estas propuestas
generales de nuestro marco normativo está abierto al debate y la discusión,
precisamente la idea es despertar la inquietud de que estamos en momento
histórico y estelar en nuestro país, de lo que hagamos o dejemos de hacer estará
sembrado nuestro presente y el próximo futuro. Como complemento puntual de
todas estas notas esta la idea de una Stablecoin, la cual dada su importancia
será el tema completo de nuestro próximo artículo.
Nota
al pie: Espero seguir adelante con todo estos temas tan necesarios
hoy en día, si les gusta lo que leyeron y les parece, y pueden ayudar, les dejo
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