Vivimos tiempos de definiciones
dentro de Venezuela, de alguna manera u otra se originaran cambios en la
estructura de poder de uno de los mayores productores de petróleo del mundo,
una de las tierras más bendecidas con recursos naturales en el mundo, de
innegable belleza y diversidad, con reservas minerales de oro, coltán, hierro,
bauxita y pare usted de contar, con gente mayoritariamente amable, gentil,
abierta y con un expresivo humor que en ocasiones nos hace parecer anti
parabólicos frente a situaciones que ameritan seriedad, con un tino no muy
acertado para elegir nuestros gobernantes y con un régimen que durante los
últimos 20 años ha destruido y desolado lo poco o mucho que pudieron hacer
quienes detentaron el poder hasta 1998.
El daño en general ha
sido profundo, junto a un proceso de desinstitucionalización que ha arrasado con
todo el entramado social del país, la economía en particular ha sido llevada a
tales niveles de ruina, que se requiere de un verdadero, moderno, integral e
intensivo plan de recuperación, estabilización y consolidación de nuevas
estructuras y relaciones, que procuren un Estado que definitivamente se
reinvente así mismo, que deje atrás todo lo malo y levantándose desde este
dramático escenario, irrumpa con decidida fuerza hacia una sociedad para los
nuevos tiempos que se nos vienen.
Un ecosistema crypto
para Venezuela forma parte de ese plan general urgente y necesario, pero al
mismo tiempo sistémico y escalonado para avanzar con ímpetu hacia una nueva
economía, mientras se van reordenando las estructuras actuales. Ha llegado el
momento de que una renovada generación de venezolanos, que sin perder su noción
histórica, rompa con viejos esquemas, tanto recientes como anteriores, y tomemos el siglo XXI como la antesala de
todo lo que se ha ofrecido por años y nunca se ha cumplido, es el tiempo ideal
para sembrar un profundo y visionario modelo que construya un país realmente
cargado de equilibrio, transparencia, equidad, descentralización, democracia y
desarrollo para el futuro.
La blockchain y las
criptomonedas en conjunción con la inteligencia artificial y el internet de las
cosas, enmarcados dentro de un esquema económico de vanguardia serán las bases
de este proceso. Venezuela además de sus inmensas riquezas minerales y
naturales, posee unos recursos humanos de altísima calidad, de comprobada
capacidad profesional y de manifiesta disposición de acometer un plan de
envergadura que empiece a edificar los asientos fundacionales de una moderna
sociedad. Cuando tú quitas las cargas ideológicas y las mezquindades personales,
puedes observar como a lo largo de nuestra historia de los últimos 100 años
hemos sido gobernados por políticos cuya prioridad precisamente no ha sido el
bienestar y el desarrollo de la nación, innegablemente el modelo que nació
luego de la dictadura militar tuvo aciertos y logros importantes, sobre todo al
principio, pero rápidamente se convirtió en una sociedad donde la corrupción,
la inequidad y la exclusión marcaban las pautas. Es muy fácil despachar la
ascendencia al poder del régimen actual con frases y lugares comunes, sin
revisar en profundidad como el sistema ya estaba enfermo y en lugar de procurar
una cura real, los venezolanos escogimos en esa oportunidad a quien aceleraría
la metástasis de toda nuestra sociedad, pasamos de mal a muchísimo peor, nos
gobierna un sistema que lo que ha dejado es una estela de desolación implacable
y brutal, hemos retrocedido dramáticamente no solo en lo social, político y
económico, por desgracia también como seres humanos y habitantes de un país, se
han roto demasiados lazos y relaciones entre nosotros, el contrato social y de
convivencia hay que renovarlo desde abajo, es el momento entonces de entrar de
lleno en el futuro, de cambiar hacia adelante, nunca hacia atrás.
La economía tokenizada
está avanzando en el mundo, solo los cortos de vista no pueden ver como cada
uno de los diferentes actores: Instituciones financieras y bancos, Gobiernos,
gigantes poli-omnipresentes, fintech y neo bancos, junto a los primogénitos de
Nakamoto están procurándose un espacio en lo que se está construyendo. La
disrupción de la cadena de bloques consiguió a un mundo que no estaba preparado
para su nacimiento y en consecuencia cada quien está intentando hacer lo que
considera mejor para sus intereses, mientras los organismos internacionales se
debaten en sus largas e interminables charlas y congresos sin resultados
tangibles y homogéneos, estados, empresas e individuos actúan. Estamos
presenciando la nueva evolución de la sociedad global.
Un ecosistema crypto
para tener éxito en Venezuela debe contar con un gran acuerdo nacional, que
involucre la visión de Estado y no la temporalidad de un gobierno, no es
posible sustentar un proyecto de esta envergadura sino existe un compromiso de
hacia donde debemos ir como país, requerimos de una mirada común y clara de
nuestro mapa de ruta como sociedad. Estoy totalmente convencido que este
momento es espectacular para iniciar tal proceso, de toda esta destrucción debe
emerger un nuevo país, una nación que se adelante a los tiempos y se convierta
en el Estado del futuro.
La blockchain es la
llave que nos permite iniciar esa conversión hacia años venideros, desde el
sector oficial para lograr mecanismos, procesos y decisiones transparentes,
seguras y auditables, para que tengamos un solo dato de la magnitud y el
impacto de lo que hablamos, las reservas internacionales actuales de Venezuela
rondan los 8 mil ochocientos millones de dólares, y cálculos de la Asamblea
Nacional ubica la malversación dentro de PDVSA entre el boom del 2004 al 2014
en once mil millones de dólares, combatir el monstruoso flagelo de la
corrupción es una tarea ciertamente inmensa, pero donde nos jugamos nuestra
posibilidades de desarrollo social y económico sustentable. El registró de
propiedad inmobiliaria y de vehículos, las elecciones, las certificaciones de
estudio son parte de todo lo que el ecosistema tiene para darnos.
Una Stablecoin para
Venezuela, es necesario dar el salto hacia la economía digital, es
perfectamente factible diseñar y activar una criptomoneda que ocupe una parte
del sector financiero nacional, que se complemente de otras medidas y planes
oficiales dentro del desarrollo macro del que asomamos aquí, sustentada por una canasta compuesta por oro,
coltán, hierro y diamantes, excluyo el petróleo porque la destrucción de
nuestra principal industria, junto a compromisos de pagar deuda con producción,
amerita que se requiera hasta la última gota petrolera para sacar a flote
nuevamente a PDVSA. El mal recuerdo del Petro debe ser borrado de nuestra
memoria, las criptomonedas llevadas a cabo como debe ser, ofrecen inmensas
posibilidades para ayudar a consolidar nuestra tarea de desarrollo, suficiente
profesional preparado y honesto está a disposición para tal fin.
La tokenización de
nuestra economía abarca cualquier sector económico, puede por ejemplo, la
industria turística iniciar proyectos que logren dinamizar e insertarnos con
mucha más fuerza que antes dentro de la esfera mundial, convirtiendo a nuestro
país en una real opción turística y no quedarnos con el cuento de siempre de
que contamos con bellezas naturales espectaculares pero no logramos afianzar al
sector a pesar de todo su potencial. La recuperación y motorización de nuestros
puertos y muelles también pueden desarrollarse por medio de la cadena de
bloques, aprovechar de una vez por todas nuestra privilegiada posición
geográfica que nos permita ser un punto idóneo de entrada, parada y salida de
cargas marítimas que así lo requieran. Los medios de comunicación de este
siglo, las nuevas redes sociales y el mercadeo de mercancías y servicios
multiplican sus opciones de crecer en una economía tokenizada, es momento de
reinventarse y asumir con visión de futuro todas las desgracias de hoy.
Publicado originalmente en: PubliQ