powered by Coinlib

Enfoque.

lunes, 27 de mayo de 2013

Francisco Ibarra de Econométrica: La tasa de cambio oficial debería subir a 12,8
“Nadie sabe donde están los reales; nadie sabe cuánto dinero hay. No hay una claridad en cuáles son los proyectos que han recibido financiamiento. Eso exige un análisis muy exhaustivo, para determinar cuál ha sido el retorno social del Fonden”, afirma el también profesor universitario”.Nuestro entrevistado es Profesor e Investigador de Economía de la Universidad Metropolitana (UNIMET). Magíster en Economía de la Universidad de Maryland, EEUU. Economista de la UCV con Especialización en Planificación Macroeconómica. Francisco Ibarra, luego de haber trabajado en Citibank, Venamcham, y otras instituciones renombradas, fue Jefe de Proyectos del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA); y participa, también, frecuentemente en programas que traten temas económicos en la radio, TV, y la prensa nacional y extranjera.
¿Por qué Econométrica considera que una tasa de cambio recomendable sería de 12,8 bolívares?
-Esa es la tasa que limpiaría el balance del Banco Central de Venezuela, a propósito de las transferencias al Fonden. Recuérdese que el BCV ha transferido al Fonden dólares, y no ha recibido como contrapartida nada. En realidad ellos lo que han reflejado, contablemente, es que tienen esa cuenta por cobrar.
¿Eso es lo que ustedes en el último informe definen como una pérdida contable?
-Esa es una medida contable que ha adoptado el BCV, para de alguna manera reflejar los traspasos a Fonden. Para que ellos puedan asumir la pérdida de eso, y limpiar eso en sus balances, 12,8 es el tipo de cambio, que tendría que regir. Ahora, hay otros tipos de cambio que nosotros hemos manejado. No es sólo ese. Ese es un ejercicio que nosotros hemos hecho en lo que refiere al balance del BCV. El informe en ningún momento considera que ese debe ser el tipo de cambio real, de equilibrio; ni es el tipo de cambio al cual el gobierno tendría que devaluar.
¿Ahora, qué sucedería después, una vez que el BCV establezca esa tasa de cambio?
-El BCV tiene unos activos que están denominados en moneda extranjera o en divisas, además del oro monetario; entonces si yo tengo unos activos en dólares, y yo esos activos los revalúo en bolívares, o sea, incrementa su valor en bolívares, eso le permitiría a la institución limpiar las pérdidas, que ha tenido por Fonden. Eso es lo que ellos hacen con cada devaluación, con motivo de todo el desaguisado, que se ha tenido con el tema del Fonden.
¿Se puede considerar, en ese sentido, que el Fonden ha sido una especie de saco roto?
-El Fonden ha sido un fondo de gastos; nunca ha sido un fondo de ahorro. Lo que ha habido es transferencia de dólares, que después ha resultado que han sido invertidos en ciertos proyectos. Hablar de que sólo ha sido un saco roto, mira, eso es complicado. Pero habría que sentarse a ver. El problema de Fonden es que es inauditable. Nadie sabe donde están los reales; nadie sabe cuánto dinero hay. No hay una claridad en cuáles son los proyectos que han recibido financiamiento. Eso exige un análisis muy exhaustivo, para determinar cuál ha sido el retorno social del Fonden.
El ministro Jorge Giordani ha venido sosteniendo que ese dinero se ha invertido en el gasto social, y que el Estado venía arrastrando una enorme deuda, en ese sentido. ¿Qué piensa usted?
-Eso es uno de los argumentos que ha mantenido el gobierno, es decir, que ha habido una deuda social; una deuda que había que atender, y a base de eso ellos han justificado todo lo que han hecho en la economía. Ahora, si esa era la mejor manera de saldar esa deuda, que el país arrastraba, ¿por qué no han especificado si se trata de pago de prestaciones sociales atrasadas o si se entiende por deuda social el mejoramiento de la calidad de vida; disminuir la mortalidad infantil; mejorar el sistema de salud pública?
-Es complejo de evaluar el gasto social en Venezuela. De alguna manera ha aumentado. Pero cuando uno lo compara con los países de la región, nos damos cuenta que también allí ha aumentado el gasto social. El programa del “Hambre Cero” la inventaron los brasileños; el programa de la beca escolar lo han adoptado países como México.
-Aquí no han inventado nada nuevo; aquí lo que hay es una excusa para de alguna manera destruir el presupuesto público, como la vía mediante la cual la sociedad en su conjunto se organiza a través de la Asamblea Nacional, para decidir en qué se gasta el dinero público. El Fonden, junto con otros, que se crearon, eran fondos que no pasaban por el control de la AN, y los que iban a ser, directamente, recursos para el gasto del Ejecutivo o de Pdvsa, o sea, constituían un presupuesto paralelo; tomando en cuenta dicha falta de control. Eso constituye el perfecto caldo de cultivo para la corrupción, y para todos estos vicios; de los cuales en Venezuela tenemos bastante experiencia.
¿Fue sorprendido el gobierno por el disparo inflacionario que hemos visto a lo largo de estos últimos meses, en especial, en este último mes de abril?
-Yo creo que algunos sectores del gobierno fueron sorprendidos, pues desde el punto de vista económico; lo que me lleva a decir que hay mucha ingenuidad todavía en el gobierno. De alguna manera, Nelson Merentes, Rafael Ramírez y otros personeros con un poco más de visión, si se quiere, debieron haber anticipado que la inflación se iba a acelerar. Lo curioso no es que no lo hayan anticipado; lo curioso es que ellos han dejado de tomar las medidas, y entonces la situación se ha venido agravando. De modo que tenemos un escenario, en el cual los precios se han venido incrementando y lo van a seguir haciendo, y, además, tenemos desabastecimiento. Esto constituye un coctel muy explosivo desde el punto de vista del bienestar social del venezolano.
En lo que va de año, ¿cuánto ha entregado en términos de divisas Cadivi, pues el Sicad, que apenas tuvo una muy breve aparición, y pronto desapareció, apenas otorgó 200 millones de dólares?
-En términos de Cadivi habría que ver las estadísticas, pero tenemos entendido que ellos no han entregado algo superior a lo ejecutado el año pasado. El problema de Cadivi no es que sólo no esté entregando las divisas; sino que, además, había una cantidad de solicitudes atrasadas, que ellos no habían entregado. En consecuencia, se han creado una serie de cuellos de botella para la entrega de divisas, que es lo que ha propiciado toda esta escasez que nosotros estamos padeciendo.
-El problema no es que si Cadivi no entrega las divisas o no. El problema es que en Venezuela, al precio del tipo de cambio oficial, la demanda de divisas excede con creces la oferta. Se trata de una cantidad de dólares limitados, que tiene la economía venezolana todos los años, fundamentalmente, producto de la renta petrolera. Porque aquí no hay entradas de capital por otras vías.
-De modo que hay un límite, hay un monto histórico definido para eso, y con esos dólares Venezuela tiene que atender sus importaciones, sus pagos de rentas, sus pagos de servicio de deuda; una cantidad de cosas, y para lo cual hay un cupo en dólares muy limitado, y como ellos han optado por fijar el precio del dólar muy inferior a lo que cualquier persona esperaría que fuese su precio real, pues un dólar a 6,30 está muy debajo de lo que debería costar, entonces hay una demanda excedentaria, y ya Cadivi es hoy en día un organismo anacrónico.
-Cadivi tiene muchos años. Fue creado en el 2003. Ya tiene diez años funcionando, y ya han aflorado todos los problemas relacionados con la corrupción en la institución. Es un problema muy complejo y muy variado. De pronto, tú vas a un abasto, y te consigues con que hay chocolate importado de Argentina, de EEUU o de cualquier país europeo en abundancia, pero ahí en ese mismo abasto tú pides papel toilettes, y no hay; pides leche, y no hay, porque no hay dinero para estos artículos de la dieta básica, pero sí lo hay para una delicatés. Ahí lo que hay es una ineficiencia. Lógicamente, ahí se mueve toda una maraña. ¿Quién es el que se mueve mejor dentro de esta maraña de Cadivi?
¿Eso significa que hay una injusta distribución en lo que atañe al otorgamiento de las divisas?
-Yo no diría que injusta. Yo hablaría más bien de ineficiente y, desde el punto de vista de la eficiencia social, porque si no hay papel toilettes, si no hay leche, si no hay productos para bebés, entonces, ¿qué haces tú importando chocolate o delicateses? Pero eso está ahí, precisamente, porque hay un tipo de cambio a 6,30 bolívares; donde, a lo mejor, estas personas que importan esto tienen tomado la medida del sistema; se saben mover; las otras personas tienen más problemas, y, además, encima de todo eso tienes el problema del control de precios.
-Es probable que a ese chocolate tú le pongas el precio que a ti te de la gana; pero al papel toilettes no o a la leche o al café. Entonces tú comienzas a ver que la economía venezolana se le han puesto un conjunto de rigideces que hacen muy difícil operar. En Venezuela lo poco que producimos tiene una razón de acoso; Indepabis, junto con el Ministerio de Agricultura y Tierras, han sido los instrumentos de acoso al sector privado, y, por el otro lado sostienes un tipo de cambio subvaluado. Ahí tienes toda la mezcla para que confrontes eso que estamos viendo hoy en día. Un economista, con una formación básica, diría que lo que estamos observando no es lógico: inflación, desabastecimiento, poca productividad.
El gobierno ha adelantado que va a otorgar unos dos ó tres mil millones de dólares en los próximos días, para paliar el problema de la escasez, ¿usted cree que eso colma las expectativas?
-Yo no sé si el gobierno ha hablado de dos mil millones de dólares, pero Venezuela importó el año pasado, más o menos, sesenta mil millones de dólares, de modo que esa cantidad es bastante poco, comparada con esos sesenta mil millones de dólares. En efecto, dos mil millones de dólares no resuelven el problema.
-La situación aquí tiene dos vertientes; primero, el acceso a los dólares, porque si tú no posees esta ventaja, tú trancas toda una serie de procesos de producción, que se sustentan de productos importados. Gran parte de lo que el venezolano consume, tanto de bienes finales, como de insumos, que se producen para otras empresas, tienen un alto componente importado; de modo que si tu no tienes un flujo de divisas permanente, entonces se te van generando problemas a lo largo de toda la cadena productiva.
-Segundo, cuando tú le impones al sistema una incertidumbre, en torno a lo que va a ser el precio del dólar, todo lo que es el inventario, que poseen las empresas, tiene que ser valorado; de modo que si ellos no son capaces de asignarle un valor a ese inventario, ellos entran en un problema, porque los ataca la incertidumbre de qué precio ponerle a su mercancía.
-De manera que si yo no sé valorar mis inputs, entonces yo voy a tener un problema, para fijar mi precio de salida al mercado. En ese sentido, ¿qué hacen muchas compañías? Se inhiben de vender; tratan de dosificar un tanto sus inventarios; porque, además, arrastran la incertidumbre con respecto a si van a tener o no acceso a los dólares, para poder apertrecharse de inventario. Es una situación muy compleja.
-El Sicad salió. Se dio una supuesta subasta de 200 millones de dólares, pero al sistema lo pararon. Hubo muchos rumores: que si para la semana que viene sí vamos a asignar las divisas. Eso lo dijo el presidente Nicolás Maduro, y, bueno, al día de hoy lo estamos esperando.
¿De esos 60 mil millones de dólares, cuánto se otorgó por la vía de Cadivi; cuánto por la vía del antiguo Sitme; aparte de lo del dólar paralelo?
-Yo no poseo las cifras concretas en este momento; pero más o menos unos 35 mil millones de dólares se otorgaron al sector privado por la vía de Cadivi; hay una parte que se importó, obviamente, con el Sitme; pero eso es deuda, y la cual había sido emitida en años anteriores, permaneciendo acumulada.
¿Se puede considerar que la inflación es un problema cíclico en Venezuela, producto de un círculo vicioso?
-La devaluación es un síntoma. El problema es mucho más profundo; signado porque hay un enorme desorden económico: por un lado en lo que atañe a la política monetaria, y que se intensificó con la creación del Fonden. Yo no sé si tú te acuerdas de aquel famoso millardito, que pidió Chávez hace muchos años. Desde ahí comenzó el problema. Pero, en lo particular, yo pienso que el desorden, en ese sentido, comenzó mucho antes, con el tema de la distribución de las utilidades cambiarias. Pero ese es un debate que está entre economistas.
-Venezuela ha tenido una política monetaria muy ineficiente. Si tú revisas nuestra trayectoria económica en los últimos treinta años, te darás cuenta de que hay un enorme desorden fiscal. Ese desorden ha propiciado, pues que tú constantemente sufras problemas de inflación y, por consiguiente, tengas que devaluar.
-Pero la devaluación no es el tema central que hay que resolver en la economía venezolana; la necesidad de devaluar es el síntoma, vamos a decirlo así, de una cantidad de problemas más graves que hay en la economía; sobre todo, por la incapacidad que hemos tenido de aislarla a ésta del choque petrolero. Uno de los pocos logros, que tuvo el gobierno de Rafael Caldera, fue el haber dejado todo el entramado del Fondo de Estabilización Macroeconómica, y que el presente gobierno lo mantuvo ahí en los primeros años; luego, consideró que había que saltárselo a la torera.
-Pero para poder aislar la economía del choque petrolero, nosotros necesitamos un BCV independiente, que tenga una política monetaria, y no este apéndice que tenemos hoy en día del Ejecutivo; porque el presidente del BCV es apenas un ministro: recibe órdenes del presidente. Por el otro lado, necesitamos contar con una política fiscal sensata. Esas son palabras gruesas. No son cosas que se vayan a resolver de la noche a la mañana.
¿Usted considera que es grave la situación en la que se encuentran las reservas internacionales?
-El problema de las reservas en Venezuela, además de su cuantía que es, relativamente, poca, dada la cantidad de bolívares, que hay en circulación, y si tú lo comparas con el resto de los países de la América Latina, te darás cuenta que nuestro país no ha acumulado reservas internacionales, y eso que tiene un control de cambio; de las siete grandes economías de la región, Venezuela es la que menos tiene. De modo que el monto es bajo, si tomamos en cuenta los requerimientos que tiene el país, eso por un lado.
-Por el otro, hay un problema de composición de las reservas; derivado del hecho de que las mismas están, fundamentalmente, en oro monetario. Ese oro monetario tiene un costo de liquidación: la gente no te recibe oro como forma de pago, tienes que vender ese oro, de modo que tienes un costo de liquidación ahí. Pero, además, tienes el dilema de que el valor de esas reservas dependen del precio del oro; de modo que cuando dicho precio cae, se baja el nivel de las reservas.
-Además, nosotros hemos venido observando que en los últimos años el precio del oro y el precio del petróleo han estado correlacionados, positivamente; de modo que cuando uno sube, el otro sube. De modo que utilizar el oro como una protección de nuestras reservas es algo riesgoso; realmente, no cumple su función, porque tú estás poniendo tus ahorros en algo, que se mueve de forma muy similar a tus ingresos, y si ese algo cae, entonces tus ahorros se caen también. Ese va a ser el momento en que tú vas a necesitar más de tus reservas.
-Nosotros hemos venido advirtiendo este problema de las reservas desde hace mucho tiempo. Pero ese problema no es porque Venezuela haya acumulado oro, sino porque ha desacumulado reservas líquidas. A ese respecto, la nación tiene pocas reservas operativas. He allí el por qué tenemos restricción en cuanto al otorgamiento de divisas; porque si tú tienes sólo 3 mil millones de dólares, entonces tú tienes que estar calculando la mejor manera de rendirlos.
-La realidad es que no hay dólares, como la gente querría que hubiese a ese tipo de cambio; de modo que, a la larga, es que tú sigas viendo devaluaciones.
 
Copyright © 2016. La Ciencia del Bolsillo.
Design by Herdiansyah Hamzah. & Distributed by Free Blogger Templates
Creative Commons License