Mi opinión.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Informe Venezuela.
Para cualquier persona que no viva en nuestro país es sumamente complicado entender muchos de los acontecimientos que a diario suceden, sean estos sociales, políticos o económicos su comprensión no se les hace sencillo, de ahí este pequeño introductorio antes de entrar en materia económica, y es que los venezolanos hemos sobrepasado en gran medida la capacidad de un mundo globalizado de poder tener una visual clara de nuestro acontecer, produciéndose en consecuencia, posiciones externas completamente divorciadas de la realidad de un país, literalmente desinstitucionalizado en todos y cada uno de sus componentes.
En el año 1999 se aprobó la actual Constitución que establece claramente que somos un “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”, por ningún lado se habla de un “Estado comunal”, mucho menos de “Socialismo”, así como tampoco de ningún concepto ligado a cualquiera de las accesiones anteriores, al contrario se establece taxativamente que “Todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes….. El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país”.
Así las cosas, el gobierno en ejercicio durante estos ya casi 15 años, con mayor énfasis luego del 2002, ha basado su programa económico en decenas de experimentos, desde tratar de convertirnos en un Estado cooperativista, pasando por gallineros verticales, desarrollos endógenos de la agricultura, expropiaciones de talleres mecánicos hasta grandes consorcios agrícolas, industriales o comerciales que lo han convertido en un gigantesco monstruo y principal importador, dueño de fábricas, cadenas de supermercados, comercios y terrateniente mayor, claro en su retórica política siempre han manifestado que están construyendo las bases de un nuevo socialismo y tal como lo dijo el Vicepresidente Jorge Arreaza “Vamos hacer irreversible la revolución con la unidad y la eficiencia socialista. Tenemos que profundizar la construcción del poder popular, las comunas tienen que ser la solución: la igualdad y la justicia de la Patria”, en otras palabras debemos avanzar hacia el Estado Comunal.
La economía a pesar de lo que quisieran algunos no se gobierna, sin embargo en un país con los ingresos como el nuestro, te da un gran margen de maniobras y de equivocaciones, que tras todo este tiempo gobernando en las mejores condiciones de renta petrolera los indicadores más importantes muestren que cada día producimos menos e importamos más, que más de la mitad del parque industrial de Venezuela haya desaparecido, que lo que fueron en el pasado tierras productivas hoy sean campos de desolación, que más del 60% de la fuerza laboral este en el llamado sector informal y que a pesar de tener más de 10 años de control de cambios ya las divisas no alcanzan y nuevamente se tendrá que recurrir a emisión de deuda, muestra sin lugar a dudas el fracaso de quienes hoy rigen los destinos venezolanos.
Frente a ese escenario el ejecutivo nacional ha decidido convocar a mesas técnicas con diferentes sectores productivos, desde aquí aplaudimos esa y cualquier iniciativa que procure sentar a los actores económicos, sin embargo, que se le va a ser siempre hay un pero, como ya nos tienen acostumbrados desde las más altas esferas del poder se siguen dando señales contradictorias, por un lado se insiste y se aprueban recursos para la instauración de ese mamotreto que llaman comunas y de la no vuelta atrás de esto que han llamado “Socialismo del Siglo XXI” y que precisamente ha sido la causa de la grave crisis económica que atravesamos, y por el otro, se siente demasiados débiles estas conversaciones, primero continúan dejando por fuera a fundamentales participantes del ciclo de producción, segundo parecen estar preocupados por un tema coyuntural y no por darle verdadero sentido de rectificación a los errores del pasado.
Finalmente para que pueda en serio empezarse a sentar bases de nuestra recuperación económica, el gobierno debe dejar a un lado su manida intención de perpetuarse en el poder e insistir en la instauración de un modelo con 14 años de fracaso, al contrario debe darse una corrección del rumbo tomado hasta ahora y entender de una vez por todas que por el bien de todos debe darse un gran dialogo nacional, sincero, sin amenazas ni condicionamientos.