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¿Es buen momento para comprar deuda venezolana?

lunes, 1 de febrero de 2016




La cesta venezolana de crudo terminó la semana del 29 de enero en 24,16 dólares el barril, 20 dólares menos que el promedio alcanzado en 2015.

El desplome del petróleo ha arrastrado consigo la deuda de Venezuela, país cuyos ingresos externos dependen 96% de las exportaciones del hidrocarburo, y colocado el riesgo país sobre los 3.500 puntos en los últimos días.

De acuerdo con Alberto Cárdenas, asesor de inversiones de la firma Bendio AG, aún falta una última caída en el crudo para hacer un piso importante.

“Tenemos un precio objetivo para el barril WTI en $25,80. No creemos que el petróleo baje de los $25. Por el contrario creemos que se están dando condiciones para experimentar un rebote en los precios del crudo en el próximo trimestre, sino antes. El dólar americano jugará un papel fundamental”, dijo.

“Sin una recuperación rápida de los precios del petróleo en los próximos meses, la contracción aún mayor de las importaciones o el uso de los activos disponibles sería insuficiente para evitar el default”, señaló la banca de inversión Barclays, en un reporte de diciembre.

Miguel Octavio, analista financiero, observa que Venezuela tendrá ingresos en divisas de menos del 50% que el año pasado y las reservas internacionales (en $15.000 millones) serán la mitad si no hay un rebote del precio del crudo.

Con pocas perspectivas de que los precios registren una recuperación importante (no se avizora un recorte de producción significativo) y en el caso venezolano no se prevén cambios determinantes en la política económica, los analistas financieros consultados por El Estímulo coincidieron en que comprar de deuda venezolana en estos momentos es solo para los más aptos.

“Los bonos venezolanos y de Pdvsa están por el suelo y el riesgo de default es altísimo”, señala el profesor de la Universidad Simón Bolívar, Boris Ackerman, quien destaca sin embargo, que habría que analizar la posición del fondo de pensiones de Pdvsa en bonos con vencimiento este año, ya que esa información, así como la del movimiento del oro monetario, podría ser clave en la reducción de la probabilidad de una cesación de pagos.

Cárdenas tampoco es optimista. “No es momento de comprar bonos de Pdvsa dada las condiciones de extrema dificultad que tiene la industria, incluso si vemos un rebote del crudo. El elemento político hace mucho peso”, analizó para rematar con que “Venezuela muy probablemente tendrá un evento de crédito este año”.

“Los bonos venezolanos y de Pdvsa son altamente especulativos, no son para el inversionista común, sino para el inversionista agresivo, para el que pueda esperar”, aseguró Octavio.

A pesar de la fuerte baja de ingresos, Venezuela no dejó de pagar sus obligaciones financieras en 2015, cuando honró compromisos por $10.500 millones. “Es claro que la República y Pdvsa tienen intención de pago, lo que no queda tan claro, especialmente de cara a la segunda mitad de este año, es la capacidad de hacerlo”, sostuvo José Gonzáles, director de ECG Asset Managment.

A la hora de apostar por bonos soberanos o de Pdvsa hay que tomar en cuenta los problemas de flujo de caja de la petrolera y que por ser un país que depende de las exportaciones de crudo, los bajos precios presionan las cuentas fiscales, la balanza de pagos vía la cuenta de capital y la balanza comerciales.

Pero si bien esta situación la padecen todos los productores de petróleo, en el caso venezolano el panorama es peor en tanto Pdvsa no cuenta con un margen para incrementar producción, lo que aunado a la baja productividad y eficiencia hacen que el costo de producción del barril sea mayor, señala Gonzáles.

Por tanto para invertir en bonos venezolanos se requiere vocación por el riesgo, especialmente de cara a un potencial evento de crédito, concluye.

Al escenario petrolero se suma el hecho de que el Ejecutivo nacional no está tomando medidas que generen confianza de cara a los mercados financieros, sostiene el profesor universitario y analista de mercados de valores y financieros, José Ignacio Guarino, quien concuerda con sus colegas al asentir que los bonos venezolanos son atractivos para personas con un perfil con gusto por el riesgo .

El evento de riesgo no es necesariamente un default (cesación de pagos), puede ser una reestructuración (canje de deuda) o una negociación con los acreedores como ocurrió en Argentina en 2001.

“La adopción de algunas medidas puede a su vez ayudar en el caso de que Venezuela tenga que negociar con tenedores de deuda”, dice el experto para quien la reestructuración es posible sí y solo sí el gobierno toma medidas estructurales en lo económico. “De lo contrario ¿quién va a entregar sus títulos para recibir otros que llevan implícito un alto nivel de incertidumbre?”.

En la teoría un papel con mayor plazo (vencimiento) conlleva un mayor riesgo, por lo tanto los inversionistas exigen un rendimiento mayor. “Sin embargo, Venezuela presenta un comportamiento atípico, es decir, se percibe un mayor riesgo en el corto plazo”, señala Guarino, quien coloca como ejemplo que en el rendimiento al vencimiento de un título y el rendimiento corriente son mayores en los bonos de corto plazo que en los largo plazo. “Las curvas están invertidas por esta razón”.

“Hoy, comprar bonos venezolanos es una apuesta arriesgada para cualquier inversionista, es para aquellos que cazan altos rendimientos en momentos en los cuales las tasas de intereses son bajas, teniendo presente que son instrumentos de inversión a más de un año”, puntualizó el académico.

Publicado en El Estimulo.
 
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