Desde que el diario Últimas Noticias, devenido en la seudo Gaceta Oficial del Gobierno, anunciara la salida de los nuevos billetes que reflejan el ritmo de la inflación, se desató una serie de rumores sobre quiénes aparecerán en los nuevos integrantes del cono monetario.
No han salido a la calle y los nuevos billetes dan la sensación de que no servirán para mucho. Asfixiada por la inflación, la apuesta de Nelson Merentes para llevar el paso a la crisis parece tener la misma eficacia que los huertos “pincha ojos” de Emma Ortega o las recetas financieras de Luis Salas.
Hay un morbo en el ambiente para saber quienes saldrán en los billetes de más alta inflación. Merentes lo sabe, pero guarda el secreto como si se tratara del dato real de la inflación o lo que hace con sus amigas en Naiguatá. Pero como la imaginación no sabe de controles o de cifras oficiales, en El Estímulo nos imaginamos cuáles serán los nuevos integrantes de la familia de billetes en Venezuela.
Ni toninas, ni flores, ni héroes de la independencia. Aquí veremos ¡PATRIA!:
Rosita
¿Qué más se puede decir de la “Viuda Negra” de la galaxia malandra venezolana? Jimena Araya es una digna representante de la acción del gobierno en la economía: Todo lo que se acerca a ella, parece tener un final trágico. Así lo hizo el chavismo cuando usó la palabra mágica “soberanía” para echarle mano a la luz, a Pdvsa, a las reservas, al oro, al campo… Ella es la rosa del jardín lleno de pranes. Tal como lo hace la otra flor de Miraflores.
Chávez
El chavismo lo pide a gritos. Ver al “Comandante Galáctico” inmortalizado con Bolívar en los billetes impresos. Sería su gesta gloriosa post mortem: aparecer en un billete que en 1999 representaba un millón de bolívares. Unos 1.540 dólares a la tasa oficial de la época, que ahora apenas equivale 5 dólares. Un digno resumen del “legado” socialista.
En el anverso del billete, el BCV puede colocar al “Supremo” con varias de sus obras: la ciudad del acero en Guayana, la culminación de la línea 5 del Metro, el tren que recorre Guárico, el Cuartel de la Montaña (mentira, eso estaba construido). Y es que el padre de la revolución lo merece todo. Como si fuera el cuadro de la Última Cena, Hugo Chávez también podría aparecer en un dibujo junto a otros apóstoles de la política escarlata latinoamericana: Evo, Lula, Cristina, Correa… Y ¿Nicolás?
Merentes
Sí, es un acto ególatra. Pero Merentes merece ser colocado en el billete. Total, él es quien los imprime, sin ningún control o garantía. Él ha sido el cerebro de las políticas económicas del socialismo junto a Jorge Giordani, quien se bajó del camión de la revolución para lanzarle dardos a Nicolás en época de vacas flacas. La lealtad y omisión del matemático en los momentos más difíciles que ha enfrentado el chavismo lo hacen merecedor de un reconocimiento. Y ser impreso junto al edificio que alberga la institución que destruyó lo harán inmortal. Nadie podrá negarlo. Merentes es amor y señor del BCV.
Fidel Castro
Ni Bolívar, ni Simón Rodríguez, Ni Zamora. Fidel Castro es el verdadero “Padre de la patria” de la revolución bolivariana. Es una especie de jedi de la izquierda latinoamericana que parece no tener fecha de caducidad. Ha visto enterrar a sus más acérrimos enemigos: Kennedy, Nixon, Reagan, la Thatcher, incluso, a su su alumno más aventajado. A quien con sus consejos supo labrar un futuro exitoso para el pueblo… cubano.
¿Qué mejor reconocimiento para aquel viejito sabio que instó a Venezuela a apoyar a los países del Caribe a cambio de un voto en la ONU, que creó una milicia al servicio de la revolución, que dejó en manos del G2 el servicio secreto venezolano, que impuso un control de cambio, que creó Petrocaribe, que trianguló el comercio con empresas cubanas con petrodólares venezolanos, y finalmente, que hizo alianzas con el enemigo (el Imperio Yankee) cuando Venezuela entró en crisis? Sabio el maestro. God save the king!
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