El propósito de acabar con
la iniciativa privada en Venezuela no tiene fin, no conforme que desde el
gobierno nacional se persigue, expropia y se somete al escarnio público a la
empresa privada, los municipios socialistas ahora van por lo que queda todavía
de pie.
Le toca a las compañías, que
efectúan su actividad económica dentro de determinado municipio, como cada inicio de año, realizar la
declaración de ingresos brutos del año que termina, por su naturaleza el
impuesto que se cobra de tal estimado, tiene un carácter profundamente
regresivo, pecha directamente lo que ingreso, sin entrar a determinar si en el
ejercicio se ganó o se perdió, afectando de manera significativa los resultados
financieros cualquier tipo de empresa.
En situaciones normales y
bajo un modelo económico que incentive la inversión y el crecimiento de las
libertades económicas, este tipo de impuesto siempre estipula tasas bajas y
razonables, recuerden que se aplica directamente a lo que ingreso, y
precisamente por su condición, cuando es necesario realizar ajustes, estos
deben darse en el marco de acuerdos entre todos los sectores afectados, de manera
que no ejerza desestimulo a nuevas empresas, mantenga el fortalecimiento de las
mismas, procure aumentar las plazas de trabajo y logren las alcaldías sus
objetivos para el año que comienza.
Incluso, deberían las
alcaldías buscar ideas y propuestas creativas, profesionales, legales y
aplicables que no obligatoriamente involucre aumentos desmedidos de impuestos y
tasas, lamentablemente la absurda y anacrónica visión de este régimen, es un
cáncer que afecta a todo el sistema, destruyendo y arrasando todo lo que de
alguna manera podría servir para intentar salir de esta profunda crisis a donde
ellos mismos nos han llevado.
Puerto Cabello, es un
ejemplo claro y contundente de esta manera de actuar “dizque” socialista,
aunado a una desastrosa y oscura gestión de la Alcaldía, que tan solo se dedica
a maquillar, cada día menos por cierto, a la ciudad que alberga, nada más y
nada menos que al primer puerto de Venezuela, los ediles revolucionarios, junto
con el sustituto del alcalde que renuncio, aumentaron de manera brutal e
inconsulta el impuesto a los ingresos brutos, son tasas de más del 300%, una barbaridad
que llevara inexorablemente al cierre de pequeños negocios, mayor desempleo,
aumento de la evasión fiscal, mayor inflación y una nula intención de alguna
empresa por instalarse en este municipio.
Es impresionante ver la
extrema capacidad que tienen estos mandamases de la alcaldía porteña para
destruir, en lugar de ayudar desde el gobierno municipal, en cimentar políticas
que de alguna manera incentiven y mejoren la calidad de vida de quienes
habitamos estas tierras de la costas de Carabobo, su incapacidad y arrogancia,
cada día van convirtiendo a Puerto Cabello de “pedacito de cielo” a zona de
abandono, basura y desidia.
Veamos un ejemplo del
impacto de estas medidas en una empresa cualquiera de la zona, una bodega o
frutería, pagaba hasta el año pasado 0,6%, ahora tendrá que cancelar un 2%, es
decir, un aumento del 333,33% de la alícuota, una botica o farmacia pasa de un 0,85% a 2%,
un ajuste del 235,30%, pero ojo, como este impuesto no grava la ganancia neta,
esta tasa puede llegar a representar un porcentaje del enriquecimiento de la
empresa, si la obtuvo, entre un 10 hasta un 25% del mismo, ¿Qué empresa soporta
el pago de un impuesto de ese calibre?, y en el caso de haber perdido ese año,
el cargo sería peor.
Eduardo Sanchez.