Ciudad Guayana enfrenta el hambre sin centros de atención nutricional.
viernes, 10 de febrero de 2017
“Ven mañana. Ya a esta hora no te atiende nadie. Aquí cierran a las 2:00”. La voz informante apenas lanza el comentario. Son las 2:20 o las 2:30 en El Gallo, San Félix, en frente del centro de educación inicial La Terecaya. Los portones están cerrados. Al lado, una iglesia, columpios y toboganes. Toca aceptar la petición.
1:13 de la tarde del día siguiente. Un grupo de maestras sale del preescolar. Confirman: en efecto, allí funcionaba lo que se busca, una institución pretérita que se llamó Centro de Atención Nutricional. Cedan, según sus siglas.
Era la institución que atendía a los niños que pasaban hambre. Había una modalidad: luego de que eran dados de alta en los hospitales, el Cedan se encargaba de seguir los casos: peso, evolución… y alimentación.
Ya no existe. No la mudaron. No tiene una sede más grande, adecuada a un contexto en el que, en menos de un mes, cuatro niños murieron de hambre en San Félix. Simplemente, no existe.
Loable mientras duró
Octubre de 2007. Una nota de prensa resaltaba lo siguiente: “La Fundación del Niño Bolívar cuenta con el Cedan, que tiene como objetivo reducir los índices de desnutrición infantil en el estado Bolívar, mediante la implementación de acciones que contemplan la recuperación nutricional de los niños en estado de desnutrición, y en ejecución de un programa formativo en materia de salud nutricional estableciendo alianzas estratégicas y propiciando la cooperación interinstitucional”.
Atención y educación en un solo lugar, pues.
Para ese entonces, Evelin de Campos coordinaba la institución que, según la misma nota de prensa, estaba supervisada por la “primera dama del estado, Nidia Escobar de Rangel, quien se encarga del buen funcionamiento de este servicio”.
Meridalis Gómez, una de las especialistas que estuvo en el centro hasta 2008, recuerda que el Cedan fue constituido durante el gobierno de Antonio Rojas Suárez (2000-2004). Luego, en la administración de Rangel Gómez, funcionó adecuadamente en un principio y, tras el declive progresivo generado por la inacción de su gobierno, cerró entre finales de 2014 y principios de 2015.
El Cedan atendía, en promedio, 25 pequeños por día: todos, entre dos y cinco años. Había terapeutas, docentes, trabajadores sociales, nutricionistas, y cocineros.
A él, además, no llegaban solamente niños desnutridos de El Gallo, sino de toda Ciudad Guayana y otros tantos del estado Bolívar. Pero la escasez, como a todo, lo empañó.
“Todos se ven afectados por esa situación. Y hubo un momento en el que no se pudo más”, comenta, apenas, Betysmar Sánchez, directora de La Terecaya.
Hasta ese momento que señala la maestra, finales de 2014, el Cedan seguía siendo dependencia de la Gobernación del estado Bolívar, a través de la Fundación Social Bolívar.
En la administración de Rangel Gómez, el Cendas funcionó adecuadamente en un principio y, tras el declive progresivo generado por la inacción de su gobierno, cerró entre finales de 2014 y principios de 2015.
Desprovistos
Sin Cedan, ¿a dónde se supone que van las familias con niños desnutridos una vez que salen de alta de los hospitales? El pediatra José Ángel Chavero, del Dr. Raúl Leoni, en Guaiparo, tiene la respuesta: a ninguna parte.
“En Ciudad Guayana, luego del Cedan, no queda una institución similar que pueda atender a los niños que han sufrido cuadros de desnutrición. Esa era la única”, asevera.
En Guaiparo solo hay especialistas en nutrición y en pediatría. Igualmente, en el hospital de Puerto Ordaz, el Uyapar: no hay un centro de seguimiento a estos casos.
¿Qué razón hay sobre el Cedan por parte de la Fundación Social Bolívar? Ninguna. Ir a la sede es encontrarse con un no respecto a las solicitudes de información. Lo último que existe en internet es la conmemoración, el 13 de noviembre de 2016, de los 12 años de la FSB y, entre los logros, se destaca el Cedan. Eso que alguna vez fue Cedan.
“El Cedan ha brindado más de 90 mil beneficios otorgados, ha dado la oportunidad de recibir cuidados especiales a niñas y niños que padecen algún tipo de desnutrición, para ello los pequeños reciben un tratamiento integral de la mano de nutricionistas contrarrestando así esta situación en medio de un ambiente apto para su pronta recuperación”. Hasta allí.
El jueves, en su presentación de memoria y cuenta del año 2016, el gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, expresó un deseo para este que, se supone, es el último año de su gobierno: “el estado Bolívar debe producir comida. Fortalecemos el Irtab (Instituto Regional de Tecnología y Desarrollo Agropecuario de Bolívar) para atender productores, aumentar rebaño y mejorar cosecha!”.
Sensata apreciación, si ello es reconocer un problema que llevó a la muerte a 11 niños entre julio y febrero. Todos, por lo mismo: hambre. Sin embargo, en el mismo acto, se asumió, luego de 12 años de Gobierno, como la esperanza del pueblo: lo dijo el mismo gobernador en cuyo mandato cerró el único centro de emergencia nutricional de la región.
Publicado en: Correo del Caroni
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