No son meras especulaciones,
todos los números provenientes de fuentes totalmente confiables como la propia
PDVSA, antes de decidir no publicar la información completa de la empresa, así
como de la OPEP y la Agencia Internacional de Energía, confirman el grado de
grave deterioro que ha alcanzado la principal y casi única industria generadora
de ingresos en dólares de Venezuela.
En 1999 la producción de la
estatal estaba por el orden de los 3.250.000 barriles diarios de petróleo, 450
mil provenían de los convenios y 2.800.000 por esfuerzo propio, en el 2001 producíamos
unos 2 millones 790 mil, en Diciembre del 2015 unos 2 millones 591 mil y ya en
Diciembre del años pasado unos 2 millones 270 mil barriles por día, el declive
de la producción es dramático, de hecho la última información oficial sobre
pozos activos data del 2013, cuando PDVSA informa que se encontraban activos
unos 18.069, de allí hasta hoy, solo misterios revolucionarios.
Es importante destacar sobre
el tema de la producción, ya que Venezuela posee el 24,8% del inventario
petrolero del mundo, unos 300 mil millones de barriles, que superamos en
reservas a Arabia Saudita, que duplicamos las de Irán, que triplicamos a los
Emiratos Árabes Unidos, pero que producimos unos 2 millones 300 mil barriles,
mientras Arabia Saudita produce 10 millones, Irán casi 4 millones y los EAU
unos 3 millones. Atrás quedo en el baúl de los recuerdos el “Plan de Siembra
Petrolera” que estimaba estar bombeando un 6 millones de barriles diarios a
partir del año 2012, puro cuentos de camino.
PDVSA producía suficiente
crudo liviano para alimentar nuestras refinerías y mezclar con crudos pesados,
hoy no solo importamos 170 barriles diarios, sino que del 1.300.000 de capacidad
instalada, Amuay produjo en el 2016 un promedio de 300.000, de los 645.000
barriles por día de su capacidad instalada. Su planta catalítica, la más grande
de Venezuela con 108.000 barriles al día de capacidad, produce 70.000 barriles.
El flexicoque (64.000 barriles/día de capacidad) está parado desde enero del
año pasado, en el caso de El Palito, las plantas catalítica y de alquilación
que elaboran gasolina en la refinería, estuvieron paralizadas en 2016 sin que
se avizore su reactivación a corto plazo este año. Esto imposibilita la
producción de 80.000 barriles diarios del combustible que se exportan y
consumen en el mercado interno, se dejan de procesar 140 mil barriles que es su
capacidad instalada.
Así las cosas mientras en el
2001 con 69 mil trabajadores producíamos 2 millones 790 mil, hoy 167 mil
producen tan solo 2 millones 270 mil, es decir, perdimos 520 mil barriles
diarios pero la nómina aumento en 100 mil personas más.
La Ciencia del Bolsillo.