Consumo de proteínas de venezolanos cae 30% en dos años
lunes, 27 de febrero de 2017
En las alacenas venezolanas lo que se encuentra principalmente hoy son carbohidratos y muy pocas proteínas de acuerdo con la Encuesta sobre Condiciones de Vida Venezuela 2016 (Encovi) desarrollada por las universidades Central de Venezuela (UCV), Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, junto con varias ONG.
El sondeo arrojó que de 2014 a 2016 los alimentos que más compran semanalmente los venezolanos son harina de maíz, arroz y harina de trigo; mientras que hubo un cambio de patrón de consumo: las hortalizas y tubérculos (como yuca) desplazaron la compra de carne y pollo, pues alrededor de 43% afirmó incluir las proteínas.
La adquisición de estos alimentos pasó en dos años de 75% a 44% y 79% a 44%, respectivamente. Mientras que el de tubérculos se elevó de 9% a 52%.
También se redujo el de otras proteínas de origen animal como pescado (10%) y huevos (12%).
Uno de los principales factores es el precio que presentan ya que un kilogramo de carne llega a costar 8 mil bolívares; de pollo, 4 mil, y de pescado, 3 mil. Sin contar el incremento frecuente que presentan. Solo en enero, el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas) reportó un aumento de 35,4% en el valor de pescados y mariscos; 22,5% en el de la leche, quesos y huevos; y 3,3% en el de las carnes.
Para una familia se vuelve cuesta arriba adquirir estos producto, de hecho, la encuesta señaló que el 93,3 de los 6.413 hogares consultados indicó que sus ingresos no le alcanzaban para los alimentos. No obstante, especialistas médicos advierten las consecuencias de una dieta deficiente.
Mildred Fuenmayor, gastroenteróloga del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM), mencionó los principales riesgos. “Una excesiva ingestión de carbohidratos favorece el desarrollo de diabetes, hipertensión, hígado graso, obesidad, tanto abdominal como general, y desnutrición, pues la persona no consume las proteínas que necesita para desarrollar la masa muscular y los tejidos”, explicó.
La licenciada en Nutrición y Dietética, Nayerlín Acosta, refirió que la principal fuente de energía para el cuerpo son las proteínas.
“Una persona con una dieta sin ellas tendrá permanentemente una sensación de cansancio, su función cognitiva se verá afectada; a nivel metabólico, el organismo empieza a buscar otras rutas para reponer la ausencia de estos nutrientes, entonces se comienzan a presentar problemas gástricos”, detalló.
Para ambas expertas lo primordial es que el venezolano incluya alimentos como granos, verduras y quesos, los cuales suplan o reduzcan esta carencia.
“Uno de los problemas que también hay, en el caso de los zulianos, es la costumbre de consumir muchos carbohidratos y grasas más que vegetales. Por eso se debe hacer un esfuerzo para cambiar los hábitos”, agregó Fuenmayor, basada en sus múltiples consultas en las que ha observado esta situación.
El sondeo de Encovi también reveló que el 32,5% de los encuestados come dos o menos veces al día, lo que proyecta como 9,6 millones de venezolanos, un tercio de la población.
Fuenmayor expuso que la implicación de esto era que en el organismo de una persona aumentaba el “catabolismo” (consumo de las propias calorías almacenadas), lo que conlleva a perder peso y a una desnutrición.
Para responder a este escenario en materia alimentaria, el Ejecutivo nacional inició en abril del año pasado los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), que han beneficiado a 4 millones 200 mil hogares, según precisó en enero.
Para el economista Blagdimir Labrador esta medida resulta positiva; aunque, emplazó a que se profundizará la fase de producción de los comités.
Mientras que el director de la Escuela de Economía de LUZ, Eddy Aguirre, aseguró que el tema de alimentación “no debe descansar solo en los Clap”. Además, señaló que ameritan un mecanismo de control para garantizar que les lleguen a todas las familias.
Recomendó al Estado afinar estrategias que incluyan a los empresarios y consumidores para recuperar la producción y acciones para evitar que se fijen los precios de productos basados en el mercado paralelo de divisas por su atractivo diferencial cambiario.
Propuesta en la que coincide Labrador, quien urgió a activar el Dicom, apoyar la industria mediante un plan de cofinanciamiento y combatir la inflación, proyectada por la Asamblea Nacional en 679.73% para este año.
Aguirre concluye: “Este tema requiere creatividad y medidas consecuentes por parte del Estado para ofrecer soluciones efectivas”.
Publicado en: Panorama
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