¿Será que la economía de Venezuela ya toco fondo?.... O ahora es cuando?
sábado, 4 de febrero de 2017
Mientras las perspectivas económicas siguen a la baja, muchos productos colombianos entran al vecino país ‘por los caminos verdes’. Cifras oficiales hablan de caída de 35% en exportaciones.
Venezuela sigue a la deriva en materia económica. Al cierre de 2016, este país habría terminado con una caída en el Producto Interno Bruto cercana a 18,6% y una inflación que habría llegado a la increíble cifra de 799,9%, de acuerdo con un documento del Banco Central al que tuvo acceso la agencia Reuters.
El panorama para la economía luce desolador. Ni siquiera el aumento de 50% en el salario mínimo anunciado por el presidente Nicolás Maduro el 8 de enero pasado mejora el ánimo de los venezolanos. La desconfianza crece frente a estos ‘megaaumentos’, porque ellos se han convertido en combustible para la hoguera inflacionaria.
De hecho, el escalamiento en los precios registrado el año pasado está correlacionado con los cinco incrementos salariales decretados por el gobierno de Maduro en el último año, que alcanzaron una tasa de 536% en el año completo, de acuerdo con datos de los analistas Crismar Lujano y Alfredo Serrano al diario El Telégrafo, de Venezuela.
En medio de esta situación, el consumidor ha sido el más afectado, al punto que Kantar Worldpanel reportó una caída del consumo cercana a 55% en el último año.
Y si en 2016 hubo razones para el pesimismo, en 2017 la perspectiva no luce mejor. Mientras que el Banco Mundial prevé que este año el PIB venezolano caerá cerca de 4,3%, el Fondo Monetario Internacional estima que la inflación en este país podría llegar a 1.000%.
Pero este escenario no solo preocupa a los venezolanos, también a los colombianos que tienen fuertes relaciones comerciales, políticas o familiares con el vecino país.
Y no es para menos. En materia de comercio con Venezuela, el año pasado las exportaciones al vecino país mostraban una caída de 35,7% al cierre de noviembre, sin incluir combustibles. Cifras oficiales del gobierno venezolano dan cuenta de que el recorte en las importaciones alcanzó 52%.
Este escenario ha golpeado a todos los países por igual. Datos de Mercosur Online estiman que entre enero y noviembre –últimas cifras disponibles– las importaciones desde Argentina cayeron 48,9%, de Brasil se contrajeron en 61,9% y las de China tuvieron un recorte de 51,8%.
Esto implica que la caída de las compras de productos colombianos habría sido de las menores. Sin embargo, la mayor preocupación está en el comercio ilegal, pues el contrabando ha venido creciendo en los últimos meses. De hecho, hay quienes creen que al sumar el desplazamiento de mercancías por ‘los caminos verdes’ –como se acostumbra decir en Venezuela a los pasos informales de frontera– las ventas al vecino país no habrían caído.
Tras el cierre de la frontera, muchos productos colombianos siguen llegando al vecino país, no exportados por empresas serias sino producto del contrabando, y este flujo se percibe principalmente en los estados de Táchira y Zulia.
Incluso en la frontera hay un negocio muy bien establecido, bajo el nombre de Pabellón Colombia, que reúne una amplia oferta de productos colombianos, principalmente alimentos, bienes agropecuarios, artículos de primera necesidad y medicamentos, entre otros.
¿Flexibilización?
Mientras el desabastecimiento de productos básicos se agudiza y crecen al mismo tiempo las protestas sociales, el gobierno ha comenzado a soltar poco a poco la llave en materia cambiaria, lo que revive las esperanzas en algunos sectores de una mejora en el tema comercial.
El 13 de enero pasado, el gobierno publicó en la Gaceta Oficial el decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica en el territorio venezolano, que amplía los poderes al presidente y limita la participación de otros órganos del poder público en la toma de decisiones.
Aunque este nuevo decreto es reconocido por autorizar al ejecutivo para suscribir contratos públicos sin autorización de la Asamblea Nacional o de cualquier órgano del Estado, su impacto económico es grande, pues contempla que el presupuesto nacional podrá ser aprobado por el Presidente sin necesidad de la Asamblea Nacional. De hecho, explícitamente señala que esto lo podrá hacer incluso cuando se encuentre inhabilitado legal o jurídicamente el Presidente.
El decreto también plantea cierta flexibilización en temas cambiarios. En este sentido, señala que desde el ejecutivo se podrán establecer rubros o categorías prioritarias para las compras del Estado, cuyas divisas serán asignadas directamente para su compra, sin necesidad de recurrir al Cencoex, la autoridad que aprueba los trámites para obtener dólares.
A esto se suma que desde la vigencia del Convenio Cambiario #35, los exportadores venezolanos pueden utilizar parte de sus divisas para adquirir materias primas y bienes intermedios.
Este Convenio Cambiario señala que un exportador puede utilizar 100% de las divisas recibidas como pago de la operación de comercio exterior para el pago de insumos, materias primas, maquinarias o producto utilizado para la producción del bien producido o fabricado. Es importante aclarar que, en caso de no destinar los recursos para el pago de importaciones, 40% se debe vender al Banco Central y el restante es de libre disposición para los exportadores.
Para Germán Umaña, director de la Cámara Colombo Venezolana, esta medida beneficia enormemente al sector productivo venezolano pues, con la reactivación de algunas exportaciones, principalmente de productos químicos, petroquímicos, resinas y algunos de siderurgia y aluminio, habrá un volumen importante de divisas que se podrán utilizar para reactivar sus procesos productivos.
Y aunque las cifras de la economía venezolana lucen aun sombrías para este año, los empresarios a lado y lado de la frontera siguen buscando razones para estrechar sus lazos comerciales y hacer prevalecer el interés general sobre los problemas coyunturales que registran los dos países.
Publicado en: Dinero
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