Tetas Socialistas: 100 gramos Café: de 600 a 1500, 200 gramos Azúcar: 1200.
sábado, 4 de febrero de 2017
El azúcar y el café en polvo son unos de los productos de primera necesidad que siguen ausentes en los anaqueles de los locales de venta de alimentos; sin embargo, pueden localizarse, con facilidad, en las calles.
A unos pocos metros del Mercado Municipal de Campo Alegre es muy común ver a personas sentadas en las aceras con mesitas dispuestas con productos alimenticios, entre ellos azúcar blanca y café en polvo; paradójicamente, afuera se consigue lo que adentro no hay. Vale destacar que estos productos se ven en presentaciones detalladas, las hay de 100, 200, 500 gramos y un kilogramo.
Los precios especulativos parecen ya no preocupar a los consumidores, quienes, sin ningún reparo y con dinero en efectivo, se surten no sólo de estos importantes elementos para hacer el cafecito de la mañana o la media tarde, sino también de otros alimentos, entre ellos el arroz, que casi no se ve en los supermercados y algunos granos, como caraotas, lentejas y frijoles, entre otros.
Róger Barreto tiene dos meses vendiendo estos y otros alimentos en la avenida principal de 23 de Enero: “Voy hasta el estado Portuguesa, una vez por semana, y allá compro un paquete de 10 kilos de café. Los vendo en presentaciones de 100 gramos (Bs. 1.500) y 200 gramos (Bs. 3.000)”.
Con respecto al azúcar, señaló que la consigue en el Mercado de Mayoristas de Valencia a un precio de 80 mil bolívares el bulto. El azúcar también la vende en bolsitas plásticas a un precio de 1.200 bolívares la presentación de 200 gramos.
El arroz, también muy solicitado, (a veces lo que más vende) lo consigue a 65 mil bolívares el bulto, por lo que vende a Bs. 3.400 el paquete de un kilogramo, “es por lo que más preguntan, por el arroz y cada vez es más difícil conseguirlo”.
Explicó que las ventas se realizan en el transcurso del día, “todo se pone más caro cada día”.
“Si tengo real, compro”
Pedro Finol recorre varias veces a la semana la avenida principal de 23 de Enero, porque sabe que allí conseguirá los elementos necesarios para que su mujer le prepare lo que más le gusta, su cafecito a las 6:00 de la mañana.
“Si tengo real, lo compro, sino pues espero a tenerlo”, destacó.
Mirna Contreras también ha comprado estos alimentos. El hecho de que se vendan a precios especulativos es algo que no le preocupa.
“Hay que acostumbrarse a ser venezolano, si esta es la forma de conseguir café, azúcar, arroz y granos, pues ¿qué se le hace?”, se preguntó.
Publicado en: El Aragueño